Vacunas VIP: picardías, miserias al descubierto y qué piensa Alberto Fernández tras haber echado a Ginés González García

distintos actores políticos y sociales. Lo consideraba una buena noticia. Duró muy poco.

Ni bien terminó el acto en el Centro Cultural Kirchner, al emprender la caminata de trescientos metros que lo separan de la Casa Rosada, Santiago Cafiero, su Jefe de Gabinete, lo alertó:

─Alberto, mirá lo que está circulando.

Empezaba a trascender en los pasillos del Gobierno que periodistas de Clarín estaban detrás de detalles del operativo de vacunación secreta en el Ministerio de Salud.

Cuando llegaron a Balcarce 50, alrededor de las 13;30, Alberto y Cafiero se encerraron a almorzar y analizar la situación. Para esa hora, el audio de Horacio Verbitsky hablando por radio de cómo tramitó una Sputnik V blue llamando a Ginés, que terminó detonando el caso, recién comenzaba a viralizarse.

Enojado, el mandatario lo primero que hizo fue pedirle un informe a su por entonces ministro sobre lo que asomaba como un escándalo: la vacunación vip que se llevó a cabo en la sede de la cartera de Salud, sobre la avenida 9 de Julio. Allí mismo, donde unos días antes miles de piqueteros de Barrios de Pie, pero la versión no kirchnerista que encabeza Silvia Saravia, habían reclamado ante Desarrollo Social –que comparte el edificio con Salud- por la situación económica y social.

El pedido de renuncia a Ginés, el inmediato acatamiento del ex ministro, su rara explicación responsabilizando a su secretaría privada por el operativo de vacunación, la charla de Alberto con Carla Vizzotti y la aceptación de esta, acapararon la frenética tarde del viernes.

Este sábado, más distante del episodio y dejando atrás el enojo, Fernández aseguraba a su círculo de confianza que “lo primero qué hay que aclarar es que el hecho nunca debió haber ocurrido”.

“Hay cientos de miles de personas esperando por su vacuna y un grupo de influyentes se les adelantó en la cola. Eso no puede pasar más en Argentina y menos en una pandemia donde las vacunas escasean”, es la línea que bajó el mandatario.

Dentro de esos influyentes hay muchos dirigentes cercanos, cuya excusa fue el viaje a México con el mandatario. En esa lista de vacunados figuran su amigo y diputado nacional Eduardo Valdés y Jorge Taiana, ambos bajados de la comitiva. También el empresario marplatenseFlorencio Aldrey Iglesias y el periodista Horacio Verbitsky.

Alberto Fernández no duda en privado en asegurar que “fue el error de la gente de Gines y el error de Gines en permitirlo”. Cerca del mandatario juran que se enteró cuando el hecho ya era público y que de haberlo sabido antes que un grupo de personas se iba a vacunar en el segundo piso del Ministerio de Salud, “no hubiera dejado que ocurriera”.

La duda se centra sobre la figura de Verbitsky. Más allá de la idea de que quiso primerear una investigación que estaba llevando adelante Clarín a través de dos de sus periodistas –Ignacio Ortelli y Federico Mayol-, el modo en el que pegó a González García con el vacunagate llamó poderosamente la atención.

Automáticamente afloró el análisis de una Cristina Kirchner que no avalaba la gestión de Ginés, sí en cambio mantenía una aceitada relación con Carla Vizzotti, y la posibilidad de que Verbitsky hubiera aprovechado esta situación para terminar de empujarlo al ex ministro de Salud fuera del Gobierno.

Sin embargo, Alberto Fernández ha hecho trascender que Verbitsky, efectivamente, como estaba circulando la investigación de Clarín quiso primerear y “mojarles la pólvora”, pero “el tiro le salió por la culata”.

“No creo que Horacio haya querido hacer eso y menos creo que hubiera podido hacerlo. ¿Por qué Horacio querría echar a Ginés? Si tiene tanto manejo del tablero, ¿por que no previó el daño que se hizo a su figura con el rechazo del CELS y que lo hayan echado de la radio?”, plantea a Clarín un miembro del gabinete, de la mesa chica.

Otro ministro realiza conjeturas en la misma línea. No le cierra que Verbitsky “ponga el cuerpo” arriesgándose a quedar como conspirador y provocar que lo echen a Ginés González García. La otra opción, esgrime el funcionario, es que “la soberbia” le haya jugado una mala pasada al ex Página 12.

Lo que hay plena coincidencia, desde el Presidente hasta al menos media docena de sus principales funcionarios, es que Ginés cometió un gravísimo error. Desde críticas acerca de que “su ego no le permitió medir consecuencias”, hasta que generó “una situación horrible” y que “se tenía que ir”.

Pero el Presidente dirigió su principal enojo a otro de los vacunados vip en Salud. “Nadie repara en qué un ricachón, dueño de medio Mar del Plata, consiguió vacunarse él y toda su familia. Una vergüenza”, aseguró esta mañana en Olivos, a uno de sus colaboradores.

Florencio Aldrey Iglesias concurrió a vacunarse junto a dos de sus familiares, y accionistas de su grupo empresarial: Dolores Noya Aldrey de 63, y Lourdes Noya Aldrey de 65.

¿Puede haber otras renuncias? Dependerá del grado de responsabilidad que tuvieron en el operativo vacunación Vip. Lo que Fernández dice a los suyos tener en claro es que quienes recibieron las vacunas estaban en edad de riesgo y podían ser inoculados con la Sputnik V.

“Lo que no se perdona es el método usado. Somos los amigos del dueño de la pelota, entonces jugamos nosotros”, dicen que bramó el mandatario en la mañana de este sábado en Olivos. Alberto Fernández sabe que este escándalo puede marcar a fuego la gestión del Gobierno sobre la pandemia.​

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