Brasil esquivó los peores pronósticos económicos para 2020, pero aún así las cifras oficiales publicadas el miércoles muestran que la pandemia del COVID-19 golpeó a la nación sudamericana
y todavía ensombrece las perspectivas de una recuperación.
El Producto Interno Bruto brasileño se contrajo 4,1% en 2020, la mayor recesión anual desde que inició la tendencia en 1996, según el instituto nacional de estadísticas, IBGE. Aun así, el resultado es mejor que el descenso de 5,3% que pronosticó en abril del año pasado el Fondo Monetario Internacional.
Desde que inició la crisis de salud, el presidente Jair Bolsonaro ha insistido que la economía debe seguir activa, argumentando que las cuarentenas y restricciones podrían causar mayor adversidad en la población que la misma enfermedad. Esa postura, opuesta a las recomendaciones de expertos en salud pública, ayudó a prevenir una mayor recesión, por lo menos a corto plazo, junto con un generoso programa de asistencia económica.
Sin embargo, otra vez se están registrando más de 1.000 muertes diarias por COVID-19, lo que podría provocar una mayor ralentización económica.
“El brote de COVID-19 que empeora ensombrece la perspectiva para los siguientes meses”, escribió en un reporte publicado el miércoles William Jackson, economista en Capital Economics. Jackson señaló hacia un desplome en las ventas al menudeo y la probabilidad de intensificar las medidas para limitar la propagación del virus.
El número de casos nuevos de COVID-19 en Brasil todavía aumenta; y el martes se registró la mayor cantidad de muertes en un día, con 1.6412. El Instituto Fiocruz, dirigido por el estado, dijo el martes que la tasa de ocupación de las unidades de cuidado intensivo y el Distrito Federal sobrepasaron el 80%, un nivel considerado crítico.
Faltan datos
Monica de Bolle, una académica brasileña en el Instituto para la Economía Internacional Peterson en Washington, dijo que la cifra del PIB todavía no captura todo el impacto del desastre, incluidas las implicaciones de la pérdida de vidas, personas que pidieron baja por los efectos secundarios de larga duración y los prolongados costos para el sistema de salud.
Ahora que terminó el programa de apoyo, “muchas cosas suceden en la economía y ninguna es buena, y tendremos un muy mal año en 2021. Si el gobierno hubiera hecho las cosas diferente, no hubiera sido así”, dijo De Bolle, quien tiene estudios de posgrado en inmunología y genética. “Si la salud pública está totalmente colapsada, obviamente la economía estará totalmente colapsada”.
Muchos gobernadores estatales, científicos y expertos en salud comenzaron a exigir restricciones más estrictas. El gobernador de Sao Paulo, el estado con la mayor economía de Brasil, anunció el miércoles que se implementarían medidas más severas este fin de semana.
Bolsonaro se ha opuesto enérgicamente a las medidas de los gobernadores y alcaldes para limitar la actividad, aunque el año pasado el Tribunal Supremo dijo que dichas decisiones son prerrogativas de las autoridades locales.
Fuente: AP y AFP
PB
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