Otra condena para “Los Gorditos”, la banda narco que prometía descuartizar enemigos “a la mexicana”

“De paso matamos a un par de zombies. Me voy a llevar a uno. Te mando un video con una motosierra. Fijate cómo lo voy a cortar en pedazos. Bien a lo mexicano le voy a dar”, se escucha en una llamada interceptada y cuya voz, presumen los investigadores, pertenece a Bay.

Ese audio y una pesquisa posterior ligan esa advertencia con la aparición de dos cadáveres descuartizados hallados a fines de diciembre pasado en tres contenedores de basura, en la zona sur de Rosario. Las víctimas fueron identificadas como Víctor Baralis, de 44 años, y Jorge Giménez de 29.

La Justicia cree que son dos víctimas más de la banda de “Los Gorditos”, una organización ligada con “Los Monos” que fue extendiendo el negocio narco en el sur de Rosario y que en los últimos meses corrió sus dominios a la localidad de San Lorenzo.

“Los Gorditos” tienen, con su líder detenido, una particularidad: se trata de un grupo que entre sus miembros reserva espacios clave a varios familiares de Bay: su madre, dos de sus hermanas y un ex cuñado cumplían roles centrales.

De acuerdo a los investigadores las hermanas y la madre de Brandon Bay se encargaban de acopiar y comercializar la droga, reclutar sicarios, ordenar el ataque contra posibles rivales, extorsionar y atentar contra viviendas.

En el grupo estaba involucrado también un tío, Diego Bay, quien este miércoles fue condenado a tres años de prisión por ser parte de la organización, encargándose del manejo de dinero y de la toma de decisiones respecto a aspectos importantes relativos al control territorial.

El condenado, de 49 años, proveía municiones y otros elementos importantes para la expansión de la banda. Por el tiempo que llevaba detenido la condena acordada en un juicio abreviado le permitió, al mismo tiempo, recuperar la libertad. La Justicia ordenó que se le decomisen 88 mil pesos y una camioneta 4×4.

Brandon Bay cumple actualmente una condena de cinco años de prisión por liderar una organización delictiva. Dentro de la cárcel impartió órdenes para continuar con el negocio y en diciembre pasado sumó nuevas imputaciones.

“Esta organización criminal procuró ocupar sectores de la ciudad de San Lorenzo y excluir de allí a otras bandas antagónicas. Para llevar a cabo este objetivo los integrantes de la asociación cometieron diversos delitos, entre otros, la sustracción de vehículos, robos a viviendas, hechos de homicidios, lesiones, atentados contra las personas, amenazas y venta de estupefacientes”, resume la Justicia en el fallo contra Diego Bay.

La ferocidad de Brandon Bay es tal que los fiscales que investigan su accionar delictivo aseguran que, incluso dentro de la cárcel, se convirtió en un peligro para los otros internos.

En mayo pasado dos crímenes en San Lorenzo sacudieron a los vecinos. Uno de ellos tuvo como víctima a un adolescente de 16 años. Se cree que detrás de los dos ataques estuvo la banda de “Los Gorditos”, decidida a extender su poder territorial. Esos crímenes se suman a al menos otros tres cometidos en el pasado por el mismo grupo.

Una vez más la participación y asistencia policial quedó expuesta durante la investigación. Un suboficial del Comando Radioeléctrico, primo de Bay, fue condenado a tres años de prisión al comprobarse que trasladaba drogas y armas en un patrullero. También tuvieron el amparo de miembros de Gendarmería.

La brutalidad de Bay se exhibe en las escuchas telefónicas interceptadas desde las cárcel donde está detenido, en Coronda. El muchacho habla de “avanzar matando a gente inocente”. Incluso, para causar conmoción, menciona la posibilidad de atacar a criaturas.

LM