Las 49 embajadoras ante las Naciones Unidas escribieron un extenso documento para alertar sobre “los retrocesos significativos en el empoderamiento de las mujeres provocados por la pandemia”.
“Desde nuestros
asientos en la Asamblea General de la ONU y nuestras pantallas en casa lo hemos visto crecer: el aumento de muertes, violencia de género, abuso de mujeres, la pérdida de puestos de trabajo, la disminución de la participación de las mujeres en la vida pública y la toma de decisiones, discontinuidad de acceso a servicios médicos, aumento de matrimonio infantil, y el menor acceso a la educación. Día a día, en esta batalla contra la pandemia que lleva más de un año, hemos observado cómo las mujeres son víctimas, primero del virus y luego de sus devastadores efectos secundarios. Esa realidad es inaceptable e intolerable“, comienza el artículo titulado “El liderazgo de las mujeres como catalizador del cambio”.
“El Covid tiene rostro de mujer”
“La crisis del Covid-19 tiene rostro de mujer. El rostro de las enfermeras, médicas, científicas, cuidadoras, trabajadoras sanitarias; y de quienes lideran la respuesta a la pandemia. Las mujeres están en primera línea: Como líderes trabajando de manera efectiva con visión y cuidado. Pero también como víctimas de vulnerabilidades estructurales y de violencia y abuso”, sigue el comunicado.
“La pandemia vino a complicar aún más la desigualdad histórica de géneros. En el contexto de esta tragedia llamada COVID-19 ha sido crucial revisar todos nuestros compromisos internacionales a la luz de los desafíos que nos impone la pandemia para lograr sociedades donde efectivamente logremos la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas en toda su diversidad”, dice a Clarín María del Carmen Squeff, actual representante argentina ante las Naciones Unidas, y una de las 49 embajadoras que firmó el artículo.
“Las mujeres sufren consecuencias económicas más graves, ya que por lo general ganan menos, ahorran menos y tienen puestos de trabajo vulnerables o viven prácticamente en la pobreza. La salud de las mujeres en general se ve afectada negativamente por la reasignación de recursos y el cambio de prioridades, incluso en los servicios de salud sexual y reproductiva. Asimismo, ha aumentado el trabajo de cuidados no remunerado, ya que los niños no están yendo a la escuela y las personas mayores necesitan más cuidados”, agrega Squeff.
Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que una de cada tres mujeres sufren violencia de pareja durante su vida, y la ONU reporta que las mujeres con discapacidad tienen cuatro veces más el riesgo de experimentar violencia sexual que las mujeres sin discapacidad.
“La violencia por motivos de género que sufren las mujeres en todo el mundo ha aumentando exponencialmente. Claramente la pandemia ha expuesto las desigualdades pre-existentes que experimentan las mujeres y niñas, y en especial aquellas que sufren múltiples formas de discriminación que tienen aún más barreras por delante”, dice la embajadora a Clarín.
Y detalla: “La pandemia ha dejado al descubierto la discriminación basada en la edad, la falta de autonomía y participación de los adultos mayores, en la toma de decisiones, así como el aumento de la violencia, el abandono y el abuso que sufren las personas de edad, en especial las adultas mayores. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, al 1º de marzo de 2021, 7 de cada 10 muertes por COVID-19 han sido de personas mayores de 65 años y el 85% de las mujeres que perdieron la vida por COVID-19 fueron adultas mayores”.
La mujer como catalizador de cambio
“La participación significativa de las mujeres en la política, las instituciones y la vida pública es el catalizador de ese cambio transformador que beneficia a la sociedad en su conjunto“, dicen las 49 embajadoras en su artículo.
Lo cierto es que solo cuatro países en el mundo tienen parlamentos o congresos con al menos un 50% de mujeres. Y solo el 25% del total de legisladores son mujeres. En este momento hay solo 22 países con una mujer al frente de sus gobiernos: 119 países nunca han tenido una mujer líder.
“Las proyecciones actuales muestran que, si continuamos al ritmo actual, la igualdad de género en los puestos más altos del poder no se alcanzará hasta dentro de 130 años. Estas cifras hablan de barreras y cuellos de botella inaceptables que continúan bloqueando la participación de las mujeres”, dice el comunicado.
Según la UNESCO, solo el 30% de los investigadores del mundo son mujeres. Si bien el 70% de la fuerza laboral de la salud y la asistencia social son mujeres, representan solo el 30% de los líderes en el sector de la salud mundial.
“Los países liderados por mujeres están lidiando con la pandemia de manera más efectiva que muchos otros. Los procesos de paz y los acuerdos de paz mediados con la participación activa de las mujeres son más duraderos y completos. Sin embargo, las mujeres representan solo el 13% de los negociadores, el 6% de los mediadores y el 6% de los signatarios en los procesos formales de paz”, sostienen las representantes de la ONU.
Los datos son claros: Según la Organización Internacional del Trabajo las mujeres tienen un 26% menos de probabilidades de estar empleadas que los hombres. En 2020, solo el 7,4% de las empresas de Fortune 500 estaban dirigidas por mujeres. En el mundo, las mujeres solo ganan 77 centavos por cada dólar ganado por los hombres, mientras que la brecha de género en el acceso a Internet creció del 11% en 2013 al 17% en 2019, alcanzando el 43% en los países menos desarrollados.
“Necesitamos promover el acceso de las mujeres al trabajo decente y superar la elección entre la familia y el trabajo que con demasiada frecuencia se impone a las mujeres. Las mujeres deberían tener un apoyo específico para el espíritu empresarial femenino y la inversión en educación que garantice la igualdad de acceso. Esto debe comenzar con las niñas -dicen las embajadoras-. Conseguir que más niñas asistan a la escuela y garantizar que reciban educación de calidad permitirá el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, que serán fundamentales para la participación efectiva de las futuras generaciones de mujeres. Debemos hacer la justicia asequible para las mujeres y poner fin a la impunidad de la violencia sexual“.
“Los Estados deben actuar con urgencia para revertir esta situación, las acciones afirmativas y las políticas públicas son indispensables para garantizar la igualdad real de oportunidades y para eliminar la violencia de género -asegura Squeff-. De acuerdo a un informe que publicó ONU Mujeres junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Argentina encabezó el ranking de países que implementaron políticas públicas para enfrentar la crisis, con una sustantiva proporción de ellas con perspectiva de género”.
Política exterior feminista
“Esta declaración de las 49 embajadoras que presiden las misiones de sus paises ante las Naciones Unidas es una demostración de cómo sólo un 25% de países de todo el mundo tiene embajadoras mujeres, porque son 198 los que integran las Naciones Unidas”, explica a Clarín Mabel Bianco, al frente de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
“Esto nos indica la falta de una igualdad de posibilidades de las mujeres en las carreras diplomáticas en todo el mundo, y de llegar a ocupar cargos de gran jerarquía como es presidir embajadas o representaciones ante las Naciones Unidas, algo que es tan importante porque es allí donde se analizan todos los temas multilaterales y es donde se presenta la voz de cada paìs con sus posiciones”, agrega Bianco.
Y concluye: “Que estas mujeres hayan levantado la voz reclamando la igualdad de oportunidades en un momento en que se trata del acceso de las mujeres a puestos de decisión es muy importante. Desde Feim y otras organizaciones estamos promoviendo la Política exterior feminista“.
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