Los ministros de Sanidad de los 27 gobiernos de la Unión Europea acordaron este miércoles, en una videoconferencia convocada de urgencia, que dejarán de administrar la vacuna de
AstraZeneca contra el coronavirus a menores de una cierta edad, que la mayoría fija entre 55 y 60 años.
Los ministros se reunieron horas después de que la Agencia Europea del Medicamento confirmara que hay relación entre la vacuna de AstraZeneca (que se ha administrado ya a decenas de millones de europeos) y varias decenas de casos de coágulos sanguíneos, algunos mortales.
La comisaria europea de Salud, la chipriota Stella Kyriakides, había dado el tono al pedir a los gobiernos que dejen de ir cada uno por su cuenta: “Es esencial que sigamos un enfoque coordinado. Debemos hablar con una sola vez en toda la Unión Europea para mejorar la confianza del público” sobre la vacunación.
La comisaria también dijo a los ministros que “la experiencia con AstraZeneca muestra que nuestro sistema de fármaco-vigilancia funciona”.
La farmacéutica anglo-sueca, que sigue sin cumplir el contrato que firmó con la Comisión Europea porque entregó por ahora menos de la mitad de las dosis acordadas, dijo en un comunicado que los análisis de los reguladores europeo y británico muestran que los beneficios de su producto superan “con creces” a los riesgos.
La directora de la agencia de Medicamentos Europea, Emer Cooke, durante una video conferencia con autoridades del bloque sobre el uso de la vacuna de AstraZeneca. Foto: EFE
De la discrepancia al consenso
Durante las últimas semanas los gobiernos europeos alimentaron esa discordancia.
Algunos anunciaban que no veían problemas en la vacuna de AstraZeneca y que la administraban sin límite de edad. Otros que sólo a los menores de 55 años, otros que sólo a los mayores de 55 años. O de 65 años. Un caos que, todos temían, podía generar desconfianza en los ciudadanos.
En los últimos días se fue cerrando el acuerdo implícito que se confirmó en la noche del miércoles.
Los gobiernos europeos, de uno en uno, fueron anunciando que sólo usarán la vacuna de AstraZeneca para mayores de cierta edad, normalmente entre 55 años (caso de Bélgica, Francia o Alemania) o de 60 años (caso de España o Italia). Justo después de la reunión iban cayendo uno tras otro esos anuncios.
Un enfermero prepara una dosis de la vacuna de AstraZeneca en un centro de vacunación de Schwelm, en Alemania. Foto: AFP
Marco Cavaleri, jefe de la estrategia de vacunación de la Agencia Europea adelantó el martes en una entrevista al diario italiano Il Messagero que “hay claramente una asociación con la vacuna. Sin embargo, todavía no sabemos qué causa esta reacción. Estas trombosis cerebrales con déficit de plaquetas parecen ser el principal evento a investigar. En resumen: en las próximas horas diremos que hay una conexión pero todavía tenemos que entender cómo ocurre”.
La Comisión Europea pide que esas medidas se coordinen y reconoce que las estrategias de vacunación “son siempre decisión nacional”, que su papel se limitó a hacer las compras conjuntas y ahora a ir repartiendo, en proporción a la población de cada país, lo que las farmacéuticas van entregando.
La jefa del Comité de Seguridad de la Agencia Europea del Medicamento ya decía en la tarde de este miércoles que “las autoridades nacionales pueden decidir cómo quieren vacunar y con qué tipo de vacuna”.
Fuentes comunitarias intentaban enfriar los temores. Una de cada 250.000 personas vacunadas con la AstraZeneca ha sufrido efectos secundarios en forma de coágulos, en su mayoría no mortales. Algunos medicamentos femeninos de control de natalidad generan esos efectos en una de cada 1.000 mujeres.
Bruselas, especial
CB
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