“Este seminario es para nosotros no sólo un ejercicio de cómo estamos y hacia dónde nos dirigimos, sino también debe ser una invitación a quienes nos están escuchando para que trabajemos
juntos en nuevas oportunidades de inversión y nuevas oportunidades de explotación y desarrollo. Argentina está lista”, les dijo el embajador Jorge Argüello a unos 600 oyentes prendidos el jueves pasado a un zoom que se hizo entre Washington y Buenos Aires.
En esa concurrida conexión virtual, en la que estaban también el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el secretario de Minería, Alberto Hensel y los tres gobernadores de las provincias productoras del mineral, Argüello propuso que el litio funcionara como “el puente entre la Argentina y los Estados Unidos”.
El Gobierno salió así a seducir a los Estados Unidos para que promueva las inversiones de sus empresas en el litio argentino, un sector estratégico de cara al futuro de las energías renovables, que nutren por ejemplo las baterías de los teléfonos móviles de computadoras, pero ahora sobre todo de los vehículos eléctricos, que son centrales en los planes de Joe Biden en su política de lucha contra el cambio climático.
Seminario sobre inversiones en Litio organizado por el BID, el Woodrow Wilson Center y la embajada Argentina en Estados Unidos
Argentina es la tercera reserva mundial del también llamado “oro blanco”, después de Australia y Chile, y con los chilenos y bolivianos integra el apetecible tríangulo minero del litio en Sudamérica. Ahora, con dos explotaciones en marcha y 18 proyectos avanzados en distintas etapas, Argentina exporta unos u$s 190 millones anuales, de litio y quiere llevar la cifra a u$s 2.100 millones, en un década. Hoy se exportan 40.000 toneladas de carbonato de litio y el potencial con los proyectos en operación y en construcción se podrían proyectar exportaciones pro 135.000 toneladas de litio equivalente, lo que se elevaría a 305.000 toneladas las que están en estado preliminar.
En ese tren buscan mostrarle a los estadounidenses que el mercado está disponible para un sector donde los europeos, canadienses y ahora los chinos -con proyectos de minería en oro, plata litio y minerales industriales- ya desembarcaron con todo su poderío económico para nutrirse del mineral que necesita su ya en desarrollo industria de vehículos.
El seminario del jueves fue organizado por el Banco Iberoamericano de Desarrollo (BID) en el marco del programa de asistencia técnica regional, en el que trabajan el Woodrow Wilson Center y la Embajada Argentina en Estados Unidos.
Y tuvo como pilar la visibilidad del sector para que se invierta en cadenas de valor y no sólo en el mineral mismo, sino tambien que las inversiones sean gestionadas con las provincias productoras sin distinción política: de ahí que expusieron los tres gobernadores de las provincias que contienen el litio argentino: el radical Gerardo Morales, de Jujuy; y los peronistas Gustavo Sáenz, de Salta, y Raúl Jalil, de Catamarca.
Lo llamativo también es que fue uno de los varios hechos que se sucedieron tan sólo en una semana en algo que está ocurriendo entre la Argentina y Estados Unidos: la administración de Biden ha dado la orden de explorar qué tipo de “sociedad” tendrá con el gobierno de Alberto Fernández, quien a su vez también busca el apoyo estadounidense en sus negociaciones con el Fondo Monetario. Y en tan sólo una semana conversaron su secretario de Estado, Antony Blinken con el canciller Felipe Solá. El Pentágono envió al jefe del Comando Sur, Craig Faller, a Buenos Aires y Ushuaia donde lo recibieron dos ministros (Agustín Rossi y Carla Vizzotti), donaron tres hospitales móviles. Y el martes 13 arribará Juan González, principal asesor en Seguridad del presidente estadounidense para los temas de América Latina y Caribe.
Alberto Fernández prometió en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el 1 de marzo pasado una ley de electromovilidad, y el litio escaló escaló a los temas prioritarios del ministerio de Desarrollo Productivo y del de Interior, que dirige Wado de Pedro. En los últimos días quedó conformada la llamada mesa del Litio entre Nación y provincias. Y Kulfas prometió que el futuro régimen de electromovilidad que el Gobierno espera se sancione en 2021 ofrecerá “incentivos fiscales y tributarios, e incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos con el requisito central que tengan componentes de fabricación en el país para potenciar la cadena de valor” en el país y la región.
La única estadounidense en la Argentina Livent, que suministra a Tesla. También firmó un acuerdo por una inversión de u$s 334 millones con BMW para abastecerla de litio extraído en la Argentina. La empresa alemana ha dicho que no producir vehículos o baterías en este país pero sí ayudar al Gobierno a establecer una cadena de valor entre la mina y el mercado de vehículos eléctricos, incluyendo la carga de vehículos eléctricos públicos, tecnología de ciudades “inteligentes” y energía limpia, según publicó el influyente sitio Mobilist.
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