Apostar, cuando la regla general en época de pandemia suele conducir a terrenos seguros para que todo transcurra sin grandes contratiempos, fue su llave maestra. Una arriesgada promesa que dejó de
serlo el sábado 10 de abril y que le permitió a Ricardo Arjona, durante las dos horas de un ambicioso show para cinco continentes en simultáneo, anotar otro highlight en su historia musical.
Sin la tradicional logística que conllevaría asistir a un concierto de la gama de Ricardo Arjona, cada entrada electrónica (más de 100.000 fueron en total) agotada desde su preventa resignificó su valor. Reemplazando los tickets por links de acceso directo, cada invitación fue el pasaje a una travesía de sensaciones que hicieron que “Hecho a la Antigua”, su primer y multitudinario recital online, no obedeciera a ningún patrón del clásico livestreaming.
Aún con las comodidades para presentarse en un acondicionado estudio, el cantautor guatemalteco puso toda su artillería al servicio de la emoción, que no solo estuvo guiada por la efectividad de sus hits, sino por el espacio elegido para plantar bandera después de meses ausencia: su Guatemala natal.
Ricardo Arjona anunció su streaming “A la antigua”, desde su Guatemala natal para el 10 de diciembre, y en sólo seis horas agotó la primera preventa, de 25 mil accesos. Foto Prensa – Ricardo Calderón
Cantar en la patria
Con una mística distinta, el impacto visual registrado a varias cámaras fue el primer guiño que introdujo al espectador- vía tablet, computadora o el mismo celular- en una ceremonia con sabor a ritual. “Esta noche vamos a presumir entre velas lo hermoso que es este país y a celebrar por el mero gusto de contradecir este año que nos separó”, avisó Arjona desde el centro del monumento emblema de su ciudad con vistas satelitales.
La histórica transmisión que no escatimó en tomas aéreas -con fuegos artificiales preparados para un final digno de celebración- fue y vino atravesada por la historia del músico, incluso desde antes de hacerse conocido. Sin defraudar la fidelidad de su público pero eligiendo personalmente el repertorio de 23 temas, Te conozco, fue la primera en la selección de un set de clásicas baladas que reversionó con nuevos arreglos.
A una altura considerable y escoltados por parte de las 5000 velas naturales de una puesta que prescindió de luz artificial, se logró apreciar con generosos planos la entrega de los 30 músicos que acompañaron al artista en este viaje musical desde distintas coordenadas del convento.
Ricardo Arjona cantó con una orquesta de 30 músicos y 5000 velas como iluminación. Foto Prensa – Ricardo Calderón
Pese a la coyuntura mundial, marcada por un contexto inédito en la industria, una buena dosis de humor tomó el mando a medida que avanzaban los temas. Discurso que dejó en evidencia parte de su historial amoroso fallido, mientras sonaban los infaltables Dime que no, Historia de un taxi, y Asignatura pendiente.
Auténtico hasta para criticar su propio vestuario, bromeó sobre sus pantalones extremadamente cortos pero “modernos” y no dejó de subrayar la falta de aplausos pese a sentir una conexión inmediata con los más de 120 mil asistentes virtuales.
“Estamos esperando los aplausos. Los aplausos son de velas hoy. Los sentimos a la distancia”, aclaró el compositor que como buen anfitrión se guardó un as bajo la manga para el final. Aunque no estaba anunciada, la entrada de su colega y amiga Gaby Moreno desde las alturas del legendario complejo puso la emotividad en alza con una poderosa versión a dúo de Fuiste tú, a la que siguió un acústico de El Blues de la notoriedad, parte de su reciente álbum Blanco.
Ricardo Arjona se dio el gusto de cantar desde su ciudad natal, Antigua, en Guatemala natal. Foto Prensa – Luis González Palma
Un repertorio con novedades
Así como Hongos y El amor que me tenía sonaron por primera vez en vivo haciéndole honor a la primera parte de su novedoso proyecto discográfico grabado en los Estudios Abbey Road de Londres, tesoros vintage como Marta, que le recordó su estadía en la Argentina y Mi novia se me está poniendo vieja, lo transportó a los días con su mamá fallecida en 2013.
El final, esperado pero efectivo, concluyó con himnos dignos de arengue -esta vez ausente- como Señora y Mujeres, para darle un aire fresco a un encuentro atravesado por la nostalgia.
Con el viento a favor, literalmente hablando dado que el buen clima ayudó a mantener vigente la importante puesta lumínica, Ricardo Arjona prometió y cumplió. No solo por correrse de lo establecido y acabar airoso, retando a las alternativas de streaming vigentes. Sino por el solo hecho de dar un salto sin especular con el resultado final. Y en ese sentido, se puede dar por satisfecho.
WD
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