VÓMITOS DE SANGRE, FRACTURAS Y AMENAZAS, ASÍ TORTURAN A MILAGRO SALA Y SUS COMPAÑERAS EN LA CÁRCEL DE JUJUY
Intimidad de la violencia que sufre la presa política en la provincia gobernada por el radical Gerardo Morales. La Corte debe definir si la libera o no. Cachetadas, patadas y pellizcos a Milagro Sala; golpes y fracturas a otras detenidas que vomitan sangre; alaridos en la noche, hostigamiento y amenazas de muerte.
Así son las torturas que la líder de la Tupac Amaru y sus compañeras en el penal de Jujuy donde se encuentran las presas políticas. Así lo denunció el periodista y titular del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) Horacio Verbitsky en una nota para Página 12.
“Sólo la Corte Suprema puede cortar la escalada salvaje contra una líder social que según el grupo de trabajo de Naciones Unidas está privada en forma arbitraria de su libertad. El jueves llega la CIDH”, afirmó en su crónica. El periodista habla del máximo tribunal porque tiene la causa en su poder y un fallo suyo puede dejar a Sala en libertad.
“Milagro Sala denunció ante una fiscalía jujeña torturas y malos tratos sufridos por ella y por otras internas en el penal de Alto Comedero, al mismo tiempo que el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, la presidente del Superior Tribunal de Justicia, Clara de Langhe de Falcone, y su aliado sindical Carlos Santillán descalificaban al Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detención Arbitraria, que visitó la provincia”, arranca Verbitsky su duro informe contra la provincia que gobierna el radical.
Asimismo, el periodista reveló que “ante el grupo de trabajo de la ONU, Milagro y otras internas denunciaron las torturas padecidas, la utilización de celdas de castigo y el permanente hostigamiento. Lo reiteró luego en la Fiscalía Nº 3”. Y contó que la subdirectora del penal, Patricia Balcarce, fue relevada antes de la llegada del Grupo de Trabajo, por temor a las denuncias de Milagro.
“Dijo que las compañeras de los pabellones 1, 3 y 4 le pidieron que hablara con Balcarce, “para que se terminen los maltratos” que padecían las internas. “Cuando ingresé al despacho de ella, me dijo que tenía que hablar por mi sola, que yo vine sola y me iba a ir sola. Yo le dije que quería cumplir con el mandato de mis compañeras. Ella golpeó el escritorio, se paró, me metió una cachetada, me agarró la ropa del cuello y me dijo que más vale que no salga ni diga nada de lo que había pasado ahí””, es el crudo testimonio de Sala.
Y agregó que hace un mes pasó algo similar. “Los maltratos hacia mi persona, los insultos y puteadas continuaban, me mandaba a seguir con las celadoras y me tenían que hacer informes. La oficial Balcarce decía que hablaba todos los días con [el ministro de gobierno] Ekel Meyer y que todo lo que ella hacía era por orden de él, que ella tenía que pasar informe de todo lo que yo hacía durante el día. La segunda vez que discuto con ella me volvió a pegar una cachetada, primero me pegó una patada en la pierna y me pellizcó en el brazo, yo se lo mostré a la doctora Adriana Fernández, Secretaria del Tribunal Criminal N° 2. Balcarce me dijo que la que manda en el penal era ella, y que iba a hacer de todo para hundirme, que no me iba a hacer fácil la convivencia”, reveló el diario.
Y agregó la parte más fuerte: “Hace tres semanas los organismos jujeños de derechos humanos y la organización de abogadxs del noroeste ANDHES, presentaron un recurso de hábeas corpus que fue rechazado por el juez Gastón Mercau por las torturas padecidas el 3 de abril por tres mujeres en el mismo penal de Alto Comedero. A una de ellas, que fue arrancada con violencia del lugar donde dormía desnuda, personal penitenciario masculino y femenino le fracturó un brazo. Y Milagro amplió detalles. Agregó que cuando llevaron a sus compañeras a las celdas de castigo una de ellas vomitaba sangre. “Con mí grupo de compañeras, hicimos una sentada en la cancha para que la lleven al hospital, porque lloraba de dolor. Recién a las 10 de la noche la llevan al hospital donde se dan cuenta que tenía los ligamentos rotos, y lastimados los pies y la frente. Las internas lastimadas fueron vistas dos o tres días después por el juez Mercau, su secretaria y un médico. Mercau constató que una de las chicas “tenía muchos moretones en la cabeza, en la parte del hígado, lastimadas las rodillas, las pantorrillas, y la lesión del brazo. Mercau en ese momento refirió que esas lesiones nunca se las pudo haber provocado ella, por lo cual nos sorprendió cuando le rechazan el Habeas Corpus, recomendando al Servicio Penitenciario que no ocurran estas cosas, siendo algo totalmente contradictorio””.