CON CAMBIEMOS, LA TRADICIONAL CLASE MEDIA ARGENTINA SE ACHICÓ CINCO PUNTOS QUEBRÁNDOSE LA TENDENCIA A LA MOVILIDAD SOCIAL ASCENDENTE VISIBLE HASTA EL 2015. ASÍ SURGE DE UN ESTUDIO REALIZADO POR LA CONSULTORA DELFOS SOBRE MUESTRAS REALIZADAS EN 2015 Y 2016 EN 36 CIUDADES DEL PAÍS.
De acuerdo con el informe, la clase media conocida como C3 en la nomenclatura profesional, se redujo del 30 al 25 por ciento a fines del año pasado, diferencia que motivó un aumento proporcional de la clase inmediata inferior, llamada D1.
Esto es un “traspaso” directo de un sector a otro: la clase media baja o baja superior (D1) pasó del 31 por ciento que tenía en 2015 hasta un 36 por ciento al cierre del año pasado.
“La principal conclusión que se desprende de los relevamientos es que en estos dos años se quebró la tendencia a la movilidad social ascendente visible hasta el 2015”, señalan Luis Dall’Aglio y Norman Berra, responsables de la consultora.
En diálogo con Diario Pulse, Berra sostuvo que “en este contexto, estamos ante un proceso de deterioro de la pirámide socio-económica del país”.
“Cambiemos tuvo un primer año con un proceso inflacionario muy fuerte, con 40% de inflación y aumento de tarifas en los servicios básicos. Sin dudas afectó la economía familiar, fue un año de deterioro neto del poder adquisitivo. El 2017 no compensó el bajón del 2016”, analizó.
Sobre el achique de la clase media subrayó que la caída de 5 puntos porcentuales “es significativa” aunque aclaró que “no es un resultado final” ya que el cierre se realizará en 2019. “El balance a dos años no es positivo y además es contradictorio con el objetivo de reducir la pobreza”.
En cuanto a la clase alta top (ABC1) apenas varió en el mismo lapso. Pasó del 6% en 2006 al 5% en 2015, y el año pasado se mantuvo en el mismo valor. “Tienen un status económico que les permiten mantenerse”, apuntó Berra.
En tanto, la media alta pasó del 14% en 2006 al 15% en 2015, guarismo que se repitió en 2017.
La media baja, por su parte, pasó del 32% en 2006 al 31% en 2015, pero en 2017 se ensanchó hasta el 36% por la caída de la clase media tradicional.
Los números devienen de dos amplias encuestas nacionales sobre muestras de 8.510 casos en 2015 y 2016 (20 ciudades) y 5.990 casos (16 ciudades) en 2017, con un error muestral de +-1,6 por ciento y +- 2,1 por ciento, respectivamente.
La comparación entre el año 2006 (cuando la Asociación Argentina de Marketing renovó el índice de nivel socioeconómico, NSE) y el año 2015 arrojaba un neto crecimiento de la clase media y un descenso de la clase baja: ese evolutivo mostraba a la media típica (C3) creciendo del 24 por ciento que registraba en 2006 hasta el 30 por ciento a fines de 2015, mientras que la sumatoria de las clases baja y marginal (D2 + E) pasó del 24 por ciento en 2006 al 19 por ciento en 2015.
Se observa así que “luego de un período de nueve años en que la pirámide del NSE a nivel nacional mostró un proceso de movilidad social ascendente (con crecimiento de la clase media y reducción de la pobreza, es decir, menor polarización social relativa) el 2017 arroja un descenso de los niveles medios típicos hacia la clase baja superior”.
“Eso implica un deterioro relativo de la situación, aunque a tenor de estos datos todavía aún no se traduce en un crecimiento de los segmentos bajo inferior y marginal (que siguen en 19 por ciento, idéntico guarismo que en 2015)”, destaca Berra.
El estudio puntualiza que, si se toma sólo la clase media C3, hoy menos de tres de cada 10 argentinos (2,5) pertenecen a la clase media típica.
“Si se contemplan criterios sociológicos, la referencia se amplía: aunque el segmento C2 está por encima de la media típica por variables económicas y poder de consumo, tiene comportamientos similares a esa clase en términos sociales, educativos y socioculturales. Visto con ese matiz, la clase media abarcaría al 40 por ciento del total (alcanzaba al 45 por ciento hasta el año 2015)”, destacó el informe.
Finalmente, si se considera también a la clase media baja, “que sin ser clase media típica tiende a identificarse con ella”, resultaría un conglomerado del 76 por ciento, “guarismo que casi coincide con el 80 por ciento de argentinos que se definen y sienten como de clase media”.
PDN – ENORSAI