Durante mucho tiempo correr en un auto de carreras fue un sueño posible para pocos. De acuerdo con cifras de Turismo Carretera, hasta el año pasado, un piloto tenía que invertir unos $4 millones para correr en una pista física, considerando algunos gastos como el auto, el motor, el servicio técnico, la publicidad, entre otros. Hoy, el automovilismo virtual, también llamado simracing, se consolida a nivel local acercando a más jóvenes la posibilidad de ser pilotos.
A diferencia de otros esports, el simracing está cada vez más conectado con el automovilismo físico. Por ejemplo, el Turismo Carretera Futuro (TCF), desarrollado por eMotorSports Argentina, ofrece experiencias inmersivas junto con la innovación en los autos que compiten en esta categoría. A su vez, las reglas son las mismas que en el Turismo Carretera tradicional y muchas de las marcas que lo patrocinan también.
Al respecto, Diego Hurtado, director de Marketing y Comunicación de eMotorSports Argentina, señala que en el automovilismo las fronteras entre lo físico y lo virtual se están desdibujando. En este sentido, los últimos avances tecnológicos hacen que el simracing sea “más real que, incluso, el automovilismo físico”.
“Hoy vemos cómo los simuladores pasaron de ser una forma de entretenimiento para los aficionados a convertirse en una herramienta de entrenamiento poderosa de los mejores pilotos de Fórmula 1. Este nivel de perfeccionamiento permitió que ya casi no existan diferencias entre lo que pasa en un simulador y lo que sucede en la pista. A su vez, las o los pilotos ganadores de torneos de simracing tienen la posibilidad de correr en un auto de carreras físico. Esto nos lleva a pensar que ya no se trata de un juego, el simracing es un deporte poderoso que se siente real e impacta en la vida de quienes lo practican”, dice Diego Hurtado.
Una pasión que se transmite de generación en generación
Para muchos jóvenes es una tradición mirar el TC 2000 en familia los domingos. Lo que nunca se hubiesen imaginado es que alguna vez iban a poder correr en un auto de carreras, competir contra otros pilotos de categoría y aparecer en la televisión. Hoy muchos de ellos cumplieron este sueño entre cuatro paredes: gracias a las innovaciones que se dieron en el automovilismo virtual y a sus hibridaciones con el automovilismo físico.
Julián Baptista tiene 24 años, vive en San Carlos de Bolívar y es piloto de simracing. Además, trabaja como empleado en un comercio, le gusta nadar y jugar al fútbol. Su pasión por el automovilismo estuvo influenciada por su papá y sus abuelos quienes también son fanáticos de “los fierros”. A los seis años tuvo la oportunidad de acercarse por primera vez a este mundo a través de juegos de Arcade. En el 2007 le compraron su primer simulador de Turismo Carretera y desde allí no paró.
“Mis abuelos y mis padres fueron y son muy fanáticos del automovilismo. Por eso, yo también adquirí ese gustito de querer ver todas las carreras los fines de semana, de no perderme ninguna clasificación, ninguna práctica. Para aquellas personas que no tenemos el placer de correr en el mundo físico, el simracing te permite ser piloto. Uno hasta puede llegar a sentir que está corriendo en un auto de carreras real. Creo que significa un montonazo. Además de eso, en lo personal, este deporte me permite olvidarme de todo, de los problemas de la vida cotidiana”, dice Julián Baptista, corredor de eMotorSports.
Julián cuenta que arrancó desde muy chico a competir en ligas de simracing, luego empezó a escalar hacia otros torneos y campeonatos más importantes. Su sueño es poder vivir exclusivamente del automovilismo virtual y competir a nivel mundial, con pilotos de primera división.
Lo mejor de dos mundos: entre el karting y el simulador
Ignacio Lovich tiene 17 años y vive en Gham, partido de Salto. Desde chico le interesó el mundo del automovilismo y hoy tiene la posibilidad de participar en competencias de simracing y también en campeonatos de Karting, lo cual le permite combinar lo mejor de dos mundos: el físico y el virtual.
“Conocí el simracing en 2020, con la pandemia, cuando mis viejos me regalaron un simulador de carreras. A partir de allí, empecé a profesionalizarme cada vez más en este deporte y hoy tengo la posibilidad de competir en Karting. Creo que puedo relacionar estos dos mundos (el del automovilismo físico y el virtual). El simracing también me sirve como entrenamiento, de hecho, hago la parte física y mental en el simulador que me ayuda y mucho”, cuenta Ignacio que, a diferencia de Julián, tiene el sueño de competir en un auto de carreras real.
Para Diego Hurtado, hoy en día es muy fácil y accesible armar un simulador de carreras en casa. Sin embargo, advierte que también existen opciones para aquellas personas que están interesadas en el mundo del simracing, pero todavía no se animan o simplemente no pueden invertir en un simulador. Como en su momento lo fue el “ciber”, en la actualidad existen autódromos virtuales donde los y las jóvenes pueden ir a divertirse, entrenar e incluso competir. “El sueño de ser corredor o corredora de carreras ya no es imposible. Si hay ganas, la tecnología está disponible y también puede ser un puntapié para quienes sueñan con correr en un verdadero auto de carreras”, concluyó el director de Marketing y Comunicación de eMotorSports Argentina.
Fuente Ambito