
Washington – Las circunstancias precisas de la presunta muerte del líder del grupo mercenario Wagner, Yevgueni Prigozhin, quedan por determinarse, pero existe una fuerte sospecha entre expertos de todo el mundo de que habría sido víctima una venganza del presidente ruso Vladímir Putin. Otras voces, minoritarias, apuntan con todo a que aquel pudo haber fraguado su desaparición.
Las redes sociales rusas, próximas a la oposición o vinculadas al grupo, coinciden con los primeros análisis de los centros de reflexión occidentales, para quienes la vida del incontrolable paramilitar pendía de un hilo desde su motín en junio. Junto a él murieron su mano derecha, Dmitri Utkin, y otras ocho personas.
Mientras, en Estados Unidos se analizaba una serie de teorías sobre las causas en las que cayó el avión, incluida la posibilidad de que haya sido impactado por un misil tierra-aire.
El portavoz del ministerio de Defensa norteamericano, Pat Ryder, dijo que nada indica por el momento que el episodio se haya producido por el impacto de un misil tierra-aire, aunque esa era la hipótesis que funcionarios del Gobierno filtraban “off the record”.
De hecho, dos funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato con la agencia Reuters, dijeron que esa es la causa más probable.
The Wall Street Journal publicó ayer una teoría diferente: que una bomba a bordo del avión o algún otro sabotaje pudo haber causado el hecho. No es raro que haya puntos de vista de inteligencia opuestos, e incluso contradictorios, en el gobierno de Estados Unidos en las horas y días posteriores a los principales acontecimientos internacionales. Un tercer funcionario estadounidense dijo a Reuters que había varias teorías y no se había llegado a ninguna conclusión definitiva.
Trasfondo
El accidente se produjo dos meses después de que Prigozhin y sus mercenarios del grupo Wagner organizaran un motín en el que tomaron el control de una ciudad del sur y avanzaron hacia Moscú, derribando varios aviones de la fuerza aérea rusa y matando a sus pilotos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el miércoles que no lo sorprendieron los informes de que Prigozhin había muerto y añadió que no suceden muchas cosas en Rusia en que Putin no esté detrás.
En coincidencia con las sospechas estadounidenses, versiones cercanas al grupo Wagner apuntan al disparo de misiles tierra-aire S-300 como la principal causa, una afirmación que no pudo ser demostrada.
La hipótesis fue establecida apenas minutos después de conocerse la caída del avión. La cuenta Grey_Zone evocó “rastros blancos en el cielo, característicos de la defensa antiaérea”, en un video casero presentado como la evidencia del incidente, pero que no pudo ser oficialmente verificado.
Otras imágenes, que sí pudieron ser corroboradas, mostraban la caída en espiral de un aparato descrito como el Embraer 135 en el que se encontraba Prigozhin.
Incluso la directora del grupo mediático ET, Margarita Sansimoniano, parecía inclinarse por la pista del asesinato, descartando la hipótesis según la cual el mercenario más conocido del planeta habría orquestado su falsa desaparición.
“Entre las pistas que se debaten, está la de la puesta en escena. Personalmente, me inclino por la pista más evidente”, escribió.
Pasajeros
Diez pasajeros se hallaban en el avión que se estrelló en la región de Tver, en el norte de Moscú, según una lista oficial. “Todas las personas a bordo fallecieron”, indicó el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Dossier, la página de Internet perteneciente al opositor y empresario exiliado Mijaíl Jodorkovski, publicó unas breves biografías de los muertos.
Dmitri Utkin, imprescindible brazo derecho de Prigozhin en Wagner y conocido por sus simpatías neonazis, figura entre ellos. “Era responsable del mando y de la formación al combate”, afirma Dossier. Otro pasajero, Valéri Shekalov, era uno de los directores de Concord, la sociedad fundada por Prigozhin, y trabajaba con él desde los años 2000.
Supervisaba todos sus proyectos civiles en el extranjero, “desde prospección geológica, hasta producción petrolera y agricultura”, además de la logística de Wagner, afirmó Dossier.
Los observadores tienen varios argumentos para acusar a Putin: su ira tras el motín de Wagner, sus antecedentes eliminando a opositores o el endurecimiento del régimen desde el inicio de la invasión en Ucrania.
“Si Rusia fuese un Estado normal, la rebelión habría conducido a un juicio. Pese a lo que podamos pensar de Prigozhin, es irrazonable matar a alguien sin un juicio, sobre todo cuando no se esconde”, publicó Jodorkovski en la red social X.
“En el mundo de Putin, el de los gánsteres, en cambio, es la única forma de hacer las cosas. Después de todo, ¿quién sabe lo que le habría dicho al tribunal?”, señaló.
Samuel Ramani, experto del instituto británico RUSI, recuerda que “Alexander Litvinenko y Anna Politkovskaya criticaron la guerra en Chechenia a principios de los años 2000 y fueron asesinados en 2006”.
“Putin acostumbra vengarse de manera tardía. La muerte de Prigozhin se produjo mucho antes que lo habitual”, añadió.
Aún quedan otras cuestiones en suspenso. “¿Por qué Putin habría elegido matar a Prigozhin de forma tan espectacular? ¿Por qué autorizó a Prigozhin a asistir a la cumbre de San Petersburgo?” entre Rusia y África en julio, se pregunta el antiguo embajador estadounidense en Rusia Michael McFaul, en su cuenta de X.
Y por último: ¿Por qué los mercenarios de Wagner son “autorizados ahora a hablar de revancha en redes sociales?”.
Fuente Ambito