Kanye West orinó un Grammy

el rapero estadounidense subió un video en el que orina sobre uno de sus premios Grammy. Y escribió: “Créanme. No voy a parar”.

El artista suma 21 de estas estatuillas a lo largo de su carrera. 

“Universal no me dirá lo que cuestan mis grabaciones porque saben que puedo permitírmelas”, tuiteó West junto con el video.

También, el cantante les pidió a otros músicos como Drake, Bono y Taylor Swift, entre otros, que se unan a su “lucha”.

Entre sus denuncias contra las discográficas, West menciona “costos ocultos” agrupados bajo “tarifas de distribución”, que garantizarían que los sellos ganen más dinero y que están presentes en la mayoría de “contratos estándar”, que califica de “trampas”.

El martes de esta semana había hecho otro posteo contundente. El marido de Kim Kardashian, de 43 años, escribió en las redes: “Necesito ver los contratos de todos en Universal y Sony. No voy a ver cómo esclavizan a mi gente. Estoy arriesgando mi vida por mi gente. La industria de la música y la NBA son barcos de esclavos modernos. Yo soy el nuevo Moisés”.

El artista se negaría a publicar nueva música hasta que su compañía discográfica, Universal, y su editor, Sony/ATV Music Publishing, revisen o rescindan sus contratos con él y lo dejen en libertad de acción. Pero, ¿a qué se referirá cuando habla de los “contratos de todos”?

“No voy a ver cómo esclavizan a mi gente”, dejó en claro en su segunda frase. Habrá que ver, una vez más, a quién o a quienes se refiere.

La cuestión de que “la música y la NBA son barcos de esclavos modernos” echa un poco de claridad. Aunque también es cierto que hace unos días se viralizó un video en el que se lo veía disfrutando de un partido en una pantalla de 20 metros, que el mismo compartió.

En cuanto al “nuevo Moisés”, la semana pasada, el rapero participó en un servicio religioso en Atlanta (Georgia, EE.UU.), y durante su desarrollo, él mismo, acompañado por el coro de su “iglesia” y sus hijos, caminó por sobre la superficie de un lago, tal como está relatado en uno de los más conocidos relatos bíblicos.

Sólo que en el caso de La Biblia, el que caminó sobre las aguas no fue Moisés, sino el propio Jesús, que en uno de los tantos milagros que se le atribuyen, habría dado unos pasos sobre las aguas del mar de Galilea.

La hazaña de Moisés, en cambio, había sido la de lograr que las aguas del Mar Rojo se abrieran, para que su pueblo pudiera escapar de los soldados del faraón egipcio, que lo tenía esclavizado.

La escena, por lo visto, dejó heridas en la comunidad cristiana, que tomó el gesto de West como una broma de mal gusto. “Hay que estar loco para colocar una plataforma dentro del lago y ‘caminar’ sobre el agua con sus hijos, pensando que sos Jesús o algo por el estilo”, se quejó un ternauta.