De igual modo que en todo el país, este martes comenzó la campaña
de vacunación en los 17 hospitales del sistema de Salud porteño y 20 del sector privado. En total se vacunarán a unos 23.100 médicos, enfermeros y auxiliares de la Ciudad de Buenos Aires que se encuentran en la “primera línea” de atención a pacientes con Covid-19, según explicaron desde el Ministerio de Salud de la Ciudad.
El operativo logístico comenzó ayer a alrededor de las 9 de la mañana cuando la Ciudad recibió en un depósito de la calle Solis, en el barrio porteño de Constitución, un camión proveniente del municipio bonaerense de Avellaneda con las primeras dosis de la vacuna Sputnik-V. La logística fue planificada con el objetivo de garantizar las temperaturas adecuadas para su conservación en todo momento. Las vacunas rusas fueron custodiadas por personal de la Policía de la Ciudad, entre ellos el Grupo de Acción Motorizada (GAM).
Las vacunas permanecieron debidamente refrigeradas en ese depósito, donde fueron fraccionadas para ser distribuidas a los 17 hospitales del Sistema Público porteño, que comenzaron a administrarla este martes día a partir de las 9 de la mañana. En ese marco, se iniciará con los trabajadores de las Unidades de Terapia Intensiva, de las guardias, de los laboratorios que manipulan muestras de COVID-19 y de las ambulancias que trasladan a personas contagiadas.
Su distribución será proporcional de acuerdo al número de personas que deban recibirla en cada institución.
“Me asusta el mensaje de los que dicen que no confían en la vacuna de Sputnik V”
En el Argerich
El Hospital Argerich fue el lugar elegido por el Ejecutivo porteño para dar el puntapié inicial de la campaña masiva de vacunación a los efectores de la salud. La primera vacuna se aplicó a las 9.15 y la enfermera Karina de la Iglesia fue la primera en recibirla.
El vacunatorio se instaló en un salón del primer piso del Argerich, que se preparó desde muy temprano en el que se acomodaron las cinco mesas donde se sentarían los primeros vacunados entre quienes se encontraban, además de De La Iglesia, Marcia Pozzati, Fabiana Geliberti, Laura Fuertes y Alberto Lannia. En cada una de las cinco mesas había descartador de corto punzante, alcohol en gel, alcohol líquido, agua destilada, algodón y cintas adhesivas.