Usyk se impone a Fury en la madre de todas las batallas

Deportes - RDN
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Oleksandr Usyk ha escrito su nombre con letras de oro en la historia del boxeo al convertirse en Arabia Saudí en el primer campeón indiscutido, absoluto, de la actual era del boxeo
en la categoría de los pesados. Para ello ha tenido que derrotar a los puntos, por decisión dividida, a un gitano inglés de más de dos metros de altura, el magnífico Tyson Fury, que había sido hasta esta noche el dominador de los pesos completos y que pierde la imbatibilidad (34-1-1). Usyk, que se hartó de ganar el peso crucero, donde también obtuvo los cuatro cinturones, subió a la categoría reina y se ha hecho con ella. Primero le arrebató tres cinturones -los de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB)- al también británico Anthony Joshua , y los defendió con éxito en la revancha. Ahora se ha hecho con el único que le faltaba, el del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en una pelea en la que ha sido superior pero que tuvo sus fases . Al ser esta división la única que no tiene techo, los púgiles parecían de distinta categoría. Cien libras de piel y hueso, cantaba el malogrado Pau Donés, pero entre las 16 cuerdas del Kingdom Arena de Riyahd se reunieron 495 de músculo, hueso y vísceras con 30 'pounds' de ventaja relativa para Fury (262 vs. 233 lb / 119 vs 106 redondeando a kilogramos). Y lo que lo que no pesa pero cuenta, la inteligencia. El ucraniano, de 1,91 metros, tenía que sortear los tremendos brazos de Fury y su 2,06 de altura. Y vaya si lo hizo. De hecho, salió a por la pelea desde el primer asalto, tomando la iniciativa, atacando al Rey Gitano que, burlón, buscaba las cuerdas, donde se sentía cómodo. Noticia Relacionada Consejo Mundial de Boxeo estandar No La izquierda del diablo de Ryan García destruye a Haney contra pronóstico Javier Chicote El King, que derribó tres veces a su compatriota, no se lleva el cinturón de los superligeros por no haber dado el peso Pese a que los boxeadores más bajos suelen atacar el cuerpo del rival, las vísceras, Usyk quería arrancarle la cabeza a Fury, conectándole izquierdas con gran esfuerzo y que llegaban. Pero el de Manchester reaccionó a los primeros asaltos y no sólo equilibró la pelea a base de 'uppercts', sino que le dio la vuelta a las tarjetas de los jueces. De hecho, en el sexto asalto Fury hizo mucho daño a Usyk con golpes al cuerpo y un 'upper' terrible a la barbilla. El ucraniano no puedo más que comerse los golpes y soportarlos, que no es poco. Pero se recompuso en un gran octavo 'round' y consumó la remontada en el asalto que marcaría la pelea, el noveno. Conectó un uno-dos perfectos que dejaron tocado a Fury, al que persiguió sin descanso por todo el ring martilleándolo. El británico iba como un alma en pena, un zombi, dando tumbos como una peonza gigante, ya sin piernas y con la mirada perdida . Como no acababa de caer, Usyk lo seguía castigando, y de no ser ésta la pelea estelar de los últimos años nada nos habría extrañado que el árbitro la parara decretando el KO técnico. Cayó sobre la cuerdas el Gipsy King, lo que el referí aprovechó para aplicar una cuenta de protección. Tras ella ya no había tiempo para más porque se había agotado el asalto. Fue un inmenso 'salvado por la campana' para Fury. Terminó tan castigado que todo apuntaba a que en el décimo el ucraniano terminaría de talar el árbol, pero fue prudente para no exponerse a un zarpazo del gran oso herido. Tiró de inteligencia y apuró el combate hasta el duodécimo asalto. Los tres jueces le dieron el triunfo por decisión dividida. Cuesta entender que uno de ellos viera vencedor a Fury, pero los otros dos lo corrigieron y se hizo justicia e historia para proclamar a Oleksandr Usyk, con todo su castigado país aupándolo, como primer campeón indiscutido de la actual era del boxeo en la categoría de los pesados. Hay que remontarse 25 años, hasta una noche de marzo de 1999, estertores del siglo pasado, en el Madison Square Garden de Nueva York, para encontrar al anterior campeón indiscutido de los pesados. Y no fue otro que Lennox Lewis -que estaba en Riyahd comentando la peleaa- después de vencer a un tal Evander Holyfield . El británico unificó los tres grandes cinturones: Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Federación Internacional de Boxeo (FIB). Entonces la Organización Mundial de Boxeo ya se había escindido de la AMB pero no tenía apenas entidad, algo que ya ha logrado. Ese vacío de toda una generación sin un peso completo con las cuatro fajas, entre Lewis y Usyk, se comprende por un motivo fraternal, y es que el tiempo intermedio entre ambas eras sólo lo dominaron dos hermanos, Vladimir y Vitali Klitschko , que se repartieron los cinturones sin pelear entre ellos, para no darle a su madre el disgusto de su vida. Habrá revancha para Fury, tal y como contempla el contrato. Podría darse en octubre, se intuye por las palabras del británico al término del combate, después de besar con deportividad a Usyk, oro olímpico en Londres 2012, con una larga carrera amateur y ahora una marca como profesional de 22-0, tan inmaculada como la Virgen María, a la que se encomendó para su combate más difícil . En primera fila les miraba atento, sentado junto a Cristiano Ronaldo, Anthony Joshua , quien debería ser el siguiente, aunque en esto no ha salido ganando, de momento, el 'show business'. Si el ucraniano vuelve a derrotar a Fury no tendrá tanto tirón verlo frente a Joshua, al que ya ha ganado dos veces. Otra historia sería que Fury iguale la contienda, nos vayamos a una de las épicas trilogías, se la termine llevando, y entonces sí tengamos duelo de británicos en Wembley por los cuatro cinturones. Si a los saudíes, que todo lo compran, se les escapara semejante cartel, claro.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/impone-madre-batallas-20240519230546-nt.html