EL GOBIERNO NO CAMBIARÁ LA NECESIDAD DE DÓLARES, POR LO QUE APLICARÁ UN AJUSTE AÚN MÁS SEVERO PARA LOS TRABAJADORES.
Ezequiel Orlando/La vuelta del FMI implica una aceleración en la política de ajuste de Mauricio Macri. El último recurso de los gobiernos no modificó sus recomendaciones de forma relevante, contrario a lo que comentó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Pese a que el Gobierno plantea al préstamo como una solución, no resuelve los problemas de la limitación externa y la corrida cambiaria, originó el mismo modelo de Cambiemos.
El Presidente anunció que recurrirá al Fondo para calmar la disparada del dólar. Esto calmó la cotización del tipo de cambio, que había tocado un pico de $ 23,50 pero cerró en $ 22,80, lo que implicó un alza contra los $ 22,33 del lunes. El Merval también redujo sus pérdidas tras la conferencia de prensa del titular de Hacienda.
En la City rige cierta satisfacción por el financiamiento barato al que recurrirá el Ejecutivo, con el que se asegurará cubrir dos años de déficit de balanza comercial, y auguran un mercado más calmo para el miércoles. Argentina precisará sólo este año cerca de U$S 12.000 millones para cubrir la diferencia entre lo que pagará por importaciones y lo que recibirá por exportaciones, de acuerdo a las proyecciones de diversos especialistas.
Pero el optimismo de la plaza financiera no es compartido por el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, encargado de la primera negociación con los acreedores en 2005 para salir del default generado por las políticas neoliberales de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.
“La vuelta al Fondo es increíble, habla muy mal del país”, explicó a El Destape, con indignación, por el más opulento nivel de reservas internacionales del Banco Central comparado con el de la última gran crisis que llevó al cese de pagos.
Dujovne “cree que por haber recibido a Christine Lagarde (la directora gerente del FMI), no habrá condicionamientos, pero no es ella quien los decide, sino el cuerpo técnico y el directorio del organismo”, precisó el experimentado economista.
La necesidad de dólares por el modelo económico elegido llevó al Gobierno a este punto. No puede conseguirlos por financiamiento en los mercados internacionales por el alza de la tasa de interés. Frontera adentro también es complejo, dado que el Central disparó el tipo de interés de referencia al 40%. Pese a la necesidad de U$S 12.000 millones, el propio Caputo explicó la semana pasada que está cerca de emitir la totalidad de los bonos aprobados por el Congreso para 2018.
El BCRA finalizó el lunes con U$S 55.591 millones de reservas. Si bien son elevadas nominalmente, “gran parte pertenece al capital especulativo que así como ingresó al país puede retirarse”, apuntó el ex presidente de la autoridad monetaria Alejandro Vanoli. “Al haberle quitado a las cerealeras la obligación de ingresar las divisas que generan, el Gobierno acudió a estos ‘dólares prestados’”, argumentó.
“Esto me remite al blindaje de 2001 porque cuando acudís al FMI es porque no tenés otro recurso”, recordó, e inmediatamente aclaró que el Gobierno debe cambiar su política a una de desarrollo interno. Caso contrario, bajará el gasto público, y con esto la demanda, el crecimiento y la recaudación impositiva.
“Si no hay un cambio muy brusco de la economía para motorizar el mercado interno, va a ser más dramático para los trabajadores”, coincidió Silvina Batakis. La ex ministra de Economía bonaerense alertó por el mayor recorte que aplicará el Gobierno. “No es un FMI distinto. Sigue aplicando las mismas recetas de siempre, como en Grecia. Es increíble la caradures del ministro (Dujovne)”, resaltó. “El mercado no ve un flujo de dólares a futuro y el Central ya gastó el 10% de las reservas para mantener el tipo de cambio”, explicó.
El Fondo cuenta con una línea de créditos flexible, que es automático y no cuenta con condicionalidades severas. Sin embargo, ningún país de América Latina se había animado a acceder a él en 2015 cuando se hundieron las materias primas porque implica una baja automática en la calificación de los bonos soberanos. El resto de los préstamos sí cuentan con reglas de ajustes rígidas, que obligarían a Macri a realizar un shock regresivo.
La semana próxima el Gobierno rendirá un nuevo examen de confianza en la City, cuando vencerán $ 680.000 millones de LEBAC.