“No se puede combatir un incendio con los ojos vendados, no podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está infectado. Tenemos un mensaje simple para todos los países: test, test,
test”.
La frase le pertenece a Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud, quien hace dos semanas alertó sobre la pasividad de las naciones y la ausencia de estrategias para relevar con precisión los casos positivos de coronavirus y, en consecuencia, detener su propagación.
Pero, a partir de aquella advertencia, en la mayoría de los países afectados se evidenció un cambio rotundo en ese aspecto. En la Argentina, el Gobierno asegura haber conseguido más de un millón de reactivos, aunque todavía se realizan muy pocos test diarios y el acumulado está lejos del promedio mundial y de la región.
La segunda etapa de cuarentena que impuso Alberto Fernández arrancó con 1.054 casos positivos, que representan cerca del 20% de los casos testeados. Según datos oficiales difundidos por el Ministerio de Salud de la Nación, hasta este martes se descartaron 4.597, para completar un total de 5.651 estudios de laboratorio desde que se registró el primer caso el 3 de marzo.
Una cifra ínfima respecto a Suiza, que en forma proporcional es el que más test realiza a nivel mundial, con un promedio de 8 mil tests por cada millón de habitantes, España (7.600) y Corea del Sur, con poco menos de 7 mil.
En esa falta de test masivos se explica la coincidencia de todos los especialistas, respecto a que el número real de infectados es mucho mayor. Sin embargo, nadie se anima a decir cuánto más. El propio ministro de Salud, Ginés González García; reconoció que “hay muchísimos más infectados que los oficiales” y lo atribuyó a que ya se detectaron “casos de transmisión comunitaria”.En ese sentido, es imposible determinar -al menos a través de un método científico- si la cuarentena habrá tenido un impacto concreto en la curva de casos.
Si bien el número de estudios se incrementó en los últimos días, a partir de la descentralización del Instituto Malbrán, todavía la cifra es inferior hasta comparados con los países de la región, como Chile e -incluso- Brasil, a pesar de la alarmante despreocupación que en su discurso expresa Jair Bolsonaro.
El Gobierno advierte esta situación y admite demoras. Pero indica que ya repartió en las 21 provincias afectadas más de la mitad de los 57.500 reactivos con los que contaba; y que este fin de semana espera que empiecen a llegar una parte de los 620 mil kits que contabilizó en donaciones. Se trata, según aseguraron desde el Ministerio de Salud, de aportes de otros países, y de empresas nacionales e internacionales que pidieron que no trascendiera públicamente. Curiosamente, llegarán antes que la compra de medio millón de reactivos que, adicionalmente, encargó el Ministerio de Salud ante el avance de la pandemia.
En la actualidad, como publicó el periodista Ezequiel Burgo en Clarín, el costo de los reactivos para los laboratorios ronda entre US$ 17 y US$ 25, sin contar el costo operativo de cada centro.
Otra de las medidas que dispuso el Gobierno para hacer un conteo masivo fue ampliar la red a 51 laboratorios, cuya capacitación estuvo a cargo de los expertos del Malbrán. A propósito de eso, este miércoles el Gobierno difundió la publicación de una resolución de Salud, que prevé que esos nuevos centros habilitados para hacer los test deberán hacer un relevamiento periódico a Nación.
Puede parecer una obviedad, pero no lo es: en los últimos días, a partir de la descentralización, cerca del ministro de Salud se encontraron con serios obstáculos para dar con interlocutores en los distintos distritos y hacerse de la información que debían procesar y, luego, difundir a la población.
Pero esas interferencias de ningún modo afectan el balance sobre el volumen de testeos que se realizan.Este martes, por ejemplo, se procesaron apenas 808 estudios y se detectaron 88 positivos. El lunes habían sido 580, cuando se dio el -hasta ese momento- el mayor salto de casos: 146. El promedio de casos analizados, desde que se pasó la barrera de los 50 contagios, rondó los 300 por día.
“No hay demanda”, responden en Salud ante la consulta de este diario respecto a por qué el relevamiento sigue siendo bajo a pesar de todas estas medidas. Tucumán, por caso, recién comenzó a procesar las primeras 18 muestras este miércoles. Pero esto se repite en varias provincias.
La clave, señalan, está en que recién esta semana se realizaron cambios en el protocolo para enviar las muestras a examen.
Antes, para ser considerado como caso sospechoso, un paciente con síntomas necesitaba haber viajado a algún país con circulación del virus ó haber tenido contacto con alguien que viajó ó que había sido diagnosticado con coronavirus.
Ahora, alcanza con tener por lo menos un síntoma y haber estado en los últimos 14 días en algunas de las zonas del país en las que se se considera que hay “transmisión local” o “por conglomerados”.
Estas son, según el informe diario matutino que dio la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, el área metropolitana de Buenos Aires y Chaco, Santa Fe (Rosario), Córdoba (la capital, Alta Gracia y Río Cuarto) y Tierra del Fuego (Ushuaia).
Casualidad ó causalidad, el cambio en el protocolo se dio justo cuando se empezó a disponer de más reactivos. Con todo, el Gobierno prevé que en los próximos días la demanda crezca. Y promete que habrá stock para hacer frente a ella, incluso en mayo, cuando está previsto el pico de casos.
MH
TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA
COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS.ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE.
CARGANDO COMENTARIOS
Clarín
Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar.
Clarín
Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.