«No me extrañaría que simplemente fuera un virus mutante». El prestigioso microbiólogo Francis Mojica, aspirante al premio Nobel, se expresó en estos términos al ser preguntado por el COVID-19. Era
el 31 de enero, cuando la pandemia todavía no se había propagado oficialmente en España. Un día antes. el doctor Pedro Cavadas se había pronunciado sobre el coronavirus en un programa de televisión: «No parece que sea una broma para vender mascarillas». El prestigioso cirujano valenciano ya alertó entonces de los riesgos de la pandemia que dos meses después ha puesto en estado de alarma a España. Por su parte, el científico de la Universidad de Alicante expuso apenas veinticuatro horas más tarde su teoría respecto a la posibilidad de que el coronavirus hubiera «escapado» de un laboratorio de Wuhan, el origen chino de la enfermedad que ha puesto en jaque al sistema sanitario mundial y que ya se ha cobrado más de 9.000 muertes en España. Este miércoles, el Instituto Multidisciplinar para el Instituto Estudio del Medio «Ramón Margalef», al que pertenece Mojija como investigador, ha difundido un estudio que sitúa el pico de casos de COVID-19 en nuestro país en el entorno de la próxima semana (entre el 8 y el 9 de abril). A día de hoy la pandemia ya suma 102.000 infectados en España. Hace justo dos meses, cuando todavía se difundían las estadísticas de contagiados, el microbiólogo ya advertía: «No me extrañaría que simplemente fuera un virus mutante». Mojica alertó de que los virus mutan muchísimo y, cuando no se controlan exactamente, «no sabes dónde te pueden atacar, y éste puede ser un caso de estos». En la misma línea, hace más de sesenta días, Pedro Cavadas ya alertó de que que este virus «se contagia fácilmente», además de que es «muy agresivo». El Gobierno no decretó el estado de alarma hasta el 14 de marzo pese a los avisos de médicos y científicos de prestigio mundial. Por su parte, Mojica recordaba que el COVID-19 apareció en la ciudad china de Wuhan donde hay «un laboratorio de investigación con virus patógenos y sobre el cual ya saltaron unas cuantas alarmas desde otro centro de investigación, sobre todo de los Estados Unidos, diciendo que, a lo mejor, no reunía todos los requisitos de seguridad». El reputado investigador admitió que la comunidad científica no sabía realmente «de dónde ha venido esta infección por este virus tan raro» ante lo que lanzó una pregunta todavía vigente hoy: «¿Nos queda mucho, verdad?».
FUENTE DIARIO ABC: