El Ayuntamiento de Igualada (Barcelona), el municipio con el brote más agresivo de coronavirus en Cataluña y uno de los que registra unas tasas más altas de mortalidad de Europa por la
pandemia, ha recibido este miércoles los primeros test rápidos de detección del virus, a pesar de que sus responsables llevan días exigiendo una partida para intentar contener la expansión del virus en la zona. En concreto, han sido 150 los ejemplares recibidos de manos de la Diputación de Barcelona, según ha detallado este miércoles el alcalde, Marc Castells en su comparecencia diaria para explicar la evolución del virus en la zona. «Nos consta que las próximas semanas seguiremos recibiendo más tests», ha añadido con esperanza. Estos primeros se destinarán al personal esencial. De hecho, la demanda de test es una de las más repetidas desde hace días por los alcaldes de la zona confinada. Según explican, los epidemiólogos les aconsejan realizar los tests en la población de la Conca d’Òdena, de unas 65.000 personas, para poder tener una cartografía real el virus en la zona. «Si somos una zona que requerimos de un confinamiento excepcional también necesitamos medidas excepcionales«, ha insistido Castells. El alcalde también ha agradecido especialmente la donación de dos palés con material sanitario por parte del Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB), juntamente con la fundación Ángel Soler Daniel, que ha llegado hoy y que servirá para abastecer el hospital, así como los centros de atención primaria y las residencias de la zona. La partida constaba de material diverso como mascarillas, gafas y pantallas de protección, batas, monos, gorros, así como gel hidroalcohólico y 20.000 litros de agua embotellada, que servirán para aprovisionar el hospital de campaña instalado en el polideportivo de Les Comes, abierto esta misma semana. Denuncia de la situación de los trabajadores confinados Por otro lado, Castells se ha mostrado «muy decepcionado» con el nuevo decreto de confinamiento del Gobierno porque no resuelve la situación de los trabajadores no esenciales de la Conca d’Òdena confinados desde el 13 de marzo, que no pudieron cumplir con su trabajo si tenían que entrar o salir de la zona confinada porque no existió ninguna excepción para ellos y que, por lo tanto, no tienen sus derechos laborales garantizados. El Ayuntamiento está recibiendo un alud de llamadas de vecinos afectados por esta situación. Por eso, ha lamentado que «cuando se toman decisiones a distancia, las soluciones son distantes a la realidad» y ha exigido una «rectificación inmediata«.
FUENTE DIARIO ABC: