La popularidad del ministro de Salud de Brasil, criticado por el presidente Jair Bolsonaro por no escucharlo y por mantener su defensa de las cuarentenas
generalizadas, se disparó, mostró el viernes Datafolha, principal instituto de medición de opinión pública del país, que comprobó un aumento en la imagen negativa del mandatario, cuya posición favorable a terminar con el aislamiento social masivo por el coronavirus es por ahora minoritaria.
La aprobación popular a la gestión del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, aumentó bruscamente a un 76%, desde 55% en marzo, con apenas un 5% que reprueba su gestión, informó Datafolha, creando un nuevo problema para Bolsonaro, que enfrenta en su propio gabinete de ministros resistencias a su posición de flexibilizar las cuarentenas y limitarlas a ancianos y enfermos.
La voluntad que expresa el presidente, que tiene la oposición del Congreso y la Corte Suprema, es hasta ahora retórica, ya que los principales distritos del país, San Pablo, Río de Janeiro, el Distrito Federal, Río Grande do Sul, Minas Gerais y Bahía, se encuentran mayormente en cuarentena y Bolsonaro enfrentaría límites legales y la negativa de jueces si ordena la apertura de comercios o la reanudación de clases.
“Como el principal problema es el coronavirus y la aprobación de Mandetta es mucho mejor que la de su jefe, el ministro es para el electorado quien debe ser seguido y Bolsonaro quien debe ser ignorado”, interpretó el analista Alberto Carlos Almeida. “No hay el menor clima para que Bolsonaro convoque a quien sea, por decreto o por cualquier otra medida, a volver al trabajo”, agregó.
Pero esa visión no es unánime. “Bolsonaro tiene la lapicera. El embate con el Congreso ya existía y su aprobación cayó, pero puede subir en un mes, con el foco yendo desde la salud hacia la economía”, evaluó un operador con acceso a los principales gabinetes del poder en Brasilia.
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En la misma línea, un diplomático brasileño también recordó que Bolsonaro tiene los botones del poder. “Pero no puede abusar del derecho de equivocarse. Y está abusando”, advirtió.
La reprobación a la actuación de Bolsonaro ante la emergencia sanitaria aumentó a 39% desde 33%, mientras que la aprobación pasó a 33% desde 35%, dijo Datafolha, que realizó la encuesta en forma telefónica con entrevistas a 1.511 personas. La encuesta fue divulgada por el diario Folha de Sao Paulo.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, en una teleconferencia organizada por el diario Valor, dijo que “Bolsonaro más obstaculiza que ayuda cuando critica al ministro en público”.
“Es fundamental que, en el medio del proceso de enfrentamiento a la crisis, no haya una pérdida de un nombre como el de Mandetta. Él (Bolsonaro) no tiene coraje de sacar al ministro y cambiar oficialmente la política”, agregó el jefe de Diputados.
Además del ministro de Salud, el popular Sergio Moro, a cargo de la cartera de Justicia y Seguridad Pública, también está contra la prédica de Bolsonaro sobre limitar la cuarentena y manifestó ser favorable a las orientaciones científicas.
Un ciclista con barbijo, en una playa de Río de Janeiro, este jueves./BLOOMBERG
En tanto, el ministro de Economía, Paulo Guedes, salió a enfrentar las críticas por supuestos retrasos en los desembolsos de millonarias ayudas económicas prometidas por el gobierno a empresas y trabajadores, y pidió bajar el tono a las disputas.
“No es momento para explotar políticamente los problemas que tenemos”, dijo Guedes, llamando también a dejar de lado el oportunismo y a cooperar entre todas fuerzas.
Datafolha mostró una alta adhesión a la posición de los gobernadores con los que Bolsonaro está enfrentado por sus medidas en favor de cuarentenas masivas. Un 58% de los encuestados aprobó la gestión de los mandatarios regionales en la crisis.
Bolsonaro criticó ferozmente a su ministro en una entrevista, en la que dijo que a Mandetta “le falta un poco de humildad” y lo acusó de querer imponer su voluntad al resto del gobierno.
Un manifestante coloca un cartel frente al Palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, exigiendo al presidente Jair Bolsonaro que cuente el número de muertos por el coronavirus. /AFP
Esa “vuelta al ring” del presidente se produjo después de un cambio de tono en su posición contraria a las cuarentenas generalizadas en un discurso en la noche del martes, cuando propuso un pacto nacional al que convocó a los gobernadores con los que mantiene un entredicho por su estrategia de combate al virus.
Esa posición más moderada, aconsejada por militares y que sirvió también para atenuar cacerolazos de protesta, fue abandonada.
En la entrevista con la radio Jovem Pan, Bolsonaro volvió a cargar contra el gobernador de San Pablo, Joao Doria. Y el viernes, al hablar con simpatizantes en la puerta de la residencia oficial, Bolsonaro, insistió: “La sociedad no aguanta estar dos, tres meses parada. Va a quebrar todo”, declaró, pidiendo a los políticos “escuchar al pueblo”.
Mandetta, reunido con autoridades del Congreso, también se mantuvo firme: “El médico no abandona al paciente”, dijo.
Brasilia, corresponsal
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