Alberto Fernández se lo anunció a los gobernadores el martes al atardecer y 24 horas después, el primer envío de 20 mil millones fue repartido entre CABA y las 23 provincias.
Se trata de un paquete de 120 mil millones en asistencia económica que, parte en cash y parte en créditos blandos, será girado a las 24 jurisdicciones para afrontar el pago de sueldos y garantizar los servicios básicos.
El auxilio se nutre, por un lado, de 60 mil millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y por otro de un fondo Fiduciario, contra el Tesoro, por otros 60 mil millones para cubrir “desequilibrios financieros”. Traducción: para lo que necesiten.
Es un movimiento de impacto económico y político: el gobierno asume, en medio de la crisis, que se hará cargo de asistir a las provincias y los municipios con lo que elimina el riesgo de las cuasimonedas.
Varios gobernadores, como el santafesino Omar Perotti y el chubutense Mariano Arcioni, deslizaron esa hipótesis. En sintonía, Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán la rechazan.
“Nadie va a emitir cuasimonedas”, afirman, con certeza plena, desde la mesa chica de Casa Rosada que manejan la relación con las provincias y que trabajó, contrarreloj, para acelerar el primer desembolso.
Axel Kicillof, a quien le cayó 50% la recaudación propia, también se opone a esa variable que, en parte por un tironeo subterráneo con los intendentes, algunos agitaron.
Ese es el otro dato político: Nación asiste a las provincias con el compromiso de que éstas asistan a los distritos que en muchos casos tuvieron caida de ingresos peores porque las tasas municipales son lo primero que dejan de pagar los contribuyentes y suelen no estar bancarizadas.
Con los 3 mil millones enviados a fin de marzo más los 20 mil que giraron en estas horas, el gobierno cree que calma el frente interno y que logra que la mayoría de las provincias pueda completar el pago de salarios.
Hay, claro, casos excepcionales, que vienen a los tumbos desde antes del coronavirus y la posterior cuarentena.
Esas provincias siguen en el filo pero las que se vieron afectadas por la pandemia, logran con esa asistencia acomodar los números.
El primer giro, de 20 mil millones, respeta el reparto proporcional similar a la coparticipación pero los próximos podrían tener otra configuración y entregarse según la situación de cada provincia.
Un caso: las provincias donde que dependen mayoritariamente de los fondos nacionales están, en esta crisis, mejor que las que tienen muchos recursos propios como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y CABA.
El ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro, con la secretaria de Provincias, Silvina Batakis llevan un monitoreo diario de las cuentas de las provincias que tomarán de base para apurar otros desembolsos.
Vía Interior, en coordinación con el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y Guzmán, se resolverá la asistencia crediticia a través del Es Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.
Son 60 mil millones que Nación prestará a una tasa de 10% con saldo del capital ajustado por CER y que operará a partir de pedidos que eleven las provincias u que deberá autorizar el consejo que comparten Interior, Jefatura y Economía.
Hay otra herramienta, adicional, de asistencia con fondos aportados por organismos multilaterales de crédito para programas sanitarios y de salud en el marco de la emergencia por el COVID -19.
El gobierno nacional gestionó, a través de Interior, créditos por 65 millones de dólares de la CAF (Corporación Andina de Fomento) y Fonplata. Esos se repartirán entre las provincias -se otorgará un millón de dólares a cada una- y habrá créditos para capitales de provincias en situación crítica y para municipios grandes.
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