Para Santiago Lange, el mar es una suerte de hogar. Literal. Durante muchas décadas se refugió con sus veleros en medio del océano para competir semanas y meses enteros, a veces
solo, a veces con sus equipos de competición.
Desde su casa en Buenos Aires, el regatista argentino, que participó en seis Juegos Olímpicos y consiguió la medalla dorada en Río de Janeiro 2016, compartió los experiencias y aprendizajes sobre este aislamiento que le dejó su vínculo con el agua a lo largo de su carrera.
En un diálogo con redbull.com, el deportista de 58 años recordó otras cuarentenas pero en el marco de sus actividades náuticas: “Estoy acostumbrado a estar solo, pero el aislamiento viene en diferentes formas. Competí en la Volvo Ocean Race en 2001-2002 y 2008-2009. En esta regata de vela alrededor del mundo, estás aislado en el sentido de que, a pesar de estar en un barco con tu equipo alrededor, podés pasar casi 40 días seguidos durmiendo en una pequeña cama en el medio del océano sin la opción de irte. Para algunos, eso puede volverse muy difícil. Yo me siento libre cuando navego por los mares. Me encanta la sensación de estar a miles de millas náuticas de la tierra, adoro cómo se siente”.
Lange reflexionó sobre esta crisis que atraviesa el mundo y sobre las oportunidades que pueden abrirse para cada persona, al menos en lo espiritual o humano: “Estar aislado también es una oportunidad para una introspección total y, honestamente, disfruto esa sensación de estar totalmente aislado, totalmente solo, ya sea estando bajo techo o sobre un barco ¿Estamos realmente solos en algún momento? Siempre hay mucha comunicación. El otro día cenamos con mis hermanos por Zoom. Desde donde esté, siempre trato de hablar con mis hijos todos los días y con algunos amigos también. Pero a veces esa comunicación puede llegar a ser demasiado así que apago el teléfono por completo para estar aún más aislado. Eso te da la oportunidad de hacer cosas que normalmente nunca harías. Una de estas cosas para mí es leer libros. En este momento, estoy leyendo el libro de Sir Alex Ferguson sobre liderazgo, que tiene un capítulo llamado ‘Escuchar mucho, leer mucho, mirar mucho’. No se trata de solo mirar sino de observar. Siento que después de esto puedo usarlo mucho en mi vida”.
El campeón olímpico comparó esta situación con la enfermedad que logró superar antes de los Juegos de Río 2016, cuando por un cáncer le debieron quitar el 80% de uno de sus pulmones: “Los momentos de aislamiento en el océano son como superar un desafío. Cuando tuve cáncer, lo vi como otro desafío. Aprendo a través de cada desafío que enfrento y me doy cuenta de que es parte de uno probar y tener que cambiar”.
