Viejas rencillas políticas potenciadas por las restricciones de la cuarentena derivaron en una disputa entre ciudades vecinas y algo insólito. El intendente de Castelli, Francisco Echarren (FdT) no pudo entrar
a Dolores donde tiene internada a su esposa y a su hijo recién nacido porque se lo impidió un retén de control.
El alcalde tenía un propósito urgente: llevar leche de una nodriza para alimentar al recién nacido y -según dijo a Clarín– en el puesto de control un policía le informó que no podría pasar por una orden específica de su colega, el intendente Camilo Etchavarren ( JxC), quien lo considera un “peronista miserable”.
El argumento formal que dieron en el municipio fue que Echarren no llevaba las autorizaciones que se requieren para atravesar el paso sobre la avenida Esteban Facio, el único habilitado después de las 19 para ingresar a Dolores.
Echarren tuvo que dejar el alimento para su neonato a un vecino que se ofreció a llevarlo hasta la clínica donde permanece internada su pareja. Pero -según denunció esta mañana a Clarín- la “persecución” continuó por unas horas. “El director del sanatorio me contó que había un operativo en el playón del centro asistencial para controlar que no ingresara en el baul de algún auto. Un verdadero disparate”, se lamentó.
Francisco Echárren en una foto con Maria Eugenia Vidal, cuando era gobernadora de Buenos Aires.
Esta mañana presentó un recurso de amparo ante el juez en lo Civil y Comercial N ° 4, Marcos Val. Y habría obtenido un fallo favorable para ver a Florentino, el recién nacido y a la mamá, Agustina, que se recupera de la cesárea.
Histórica cuenca lechera de la pampa bonaerense, esa región del centro oeste provincial contiene los distritos de Castelli y Dolores solo separados por 26 kilómetros de recorrido por la Autovía 2. Tierras ocupadas por tamberos que traían desde la vascongada española sus tradiciones y sus conocimientos para la cría y explotación de las vacas frisonas, overas, de ubres enormes.
Dos descendientes de esos vascos están enfrentados por las ideas en dos pueblos vecinos y el coronavirus otorgó otro motivo para la pelea. “Tenemos los accesos restringidos porque el virus solo puede entrar por la ruta. En 90 días solo tres casos: dos que vinieron del exterior y uno que estuvo aislado fuera de la ciudad. Tenemos que cuidar a la población”, es la explicación que ofrecen en Dolores.
Alineado a la Coalición Cívica, Etchevarren sostiene el aislamiento social con rigurosidad. Sólo están habilitados ingresos por tres avenidas que bajan de la Autovía 2 y la ruta 63. Hay una serie de calles bloqueadas con montañas de tierra y otras con barreras.
El personal esencial y las autorizaciones son controlados por agentes municipales y de la policía bonaerense las 24 horas. Después de las 19 sólo queda abierta una de las arterias.“Estamos en fase 5. Todos los dolores pueden moverse con tranquilidad, mientras cumplan los protocolos y las medidas preventivas. Pero debemos tener cuidado porque cualquier falla nos puede hacer retroceder”, dicen en la comunidad.
Sobre el “caso Echevarren” aclararon: “El intendente ingresó sin problemas a las 7 para traer a su esposa y a la madre, quien se encargaría de cuidarla. No hubo dificultades para su paso porque tenían los papeles. A la noche quiso superar sin los permisos y se lo impedimos porque nadie puede pasar en esas condiciones, tenga el cargo que tenga “, fue la explicación desde la intendencia.
Renglón seguido presentaron otros argumentos: “Echarren siempre criticó el sistema de salud de nuestro distrito. Llama la atención que su familia se atienda acá”, sugirieron en la comunidad.
“Se ha violentado mi derecho como padre. Más allá de mi cargo y por una revancha política. Además, hemos advertido cierto maltrato y violencia contra los vecinos de Castelli, que tienen que cruzar todos los días por temas laborales o personales”, advirtió Echarren
“Agustina eligió tener nuestro hijo en esa clínica porque la obstetra que es de su confianza trabaja en ese lugar. Yo quería que mi hijo naciera acá, pero respeto la postura de su mamá, que por otra parte es una decisión sobre su cuerpo”, aclaró el intendente que no pudo pasar y abrió la polémica.
Dolores y Castelli están en fase 5. Funcionan casi todas las actividades en una nueva modalidad de relación social y comunitaria. Con protocolos, con controles, con supervisión estricta. La disputa de los “vascos” profundizó las relaciones tensas entre los intendentes que comparten límites en pueblos que por ahora no lamentan víctimas de Covid-19.
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