Rafael Correa está omnipresente en las elecciones de este domingo en Ecuador, a pesar de no ser candidato. El expresidente ecuatoriano (2007-2017), condenado en ausencia a ocho años de
cárcel por corrupción, vive refugiado en Bélgica y acusa a la justicia de su país de perseguirlo políticamente por orden del actual presidente, Lenín Moreno, quien fuera su delfín. Correa se encuentra días en México desde donde responde vía Zoom y desde donde seguirá la jornada electoral.
Su candidato, el progresista Andrés Arauz, es el favorito en los comicios.
Nadie discute quién va a ganar, todas las encuestas sin excepción dan como ganador a Andrés Arauz. La discusión es quién está segundo, si (el banquero conservador) Guillermo Lasso o (el indigenista) Yaku Pérez, con cuánta diferencia y si ganamos en una sola vuelta o no. Creo que hay un 80% de probabilidades de ganar en una sola vuelta. Y ojalá así sea porque un presidente electo ya puede poner alto al latrocinio que está haciendo este gobierno en sus últimos meses, puede ya buscar vacunas para vacunar a nuestra gente y empezar buscar financiamiento para superar la peor crisis económica de la historia del país.
Si Arauz ganara, ¿qué papel jugaría usted en su gobierno? ¿Regresaría a Ecuador?
La victoria electoral no resuelve el problema jurídico pero tampoco es mi intención volver. Andrés ha dicho muy gentilmente que quisiera tenerme como asesor, se puede asesorar vía Internet, porque mi plan de vida en principio es continuar radicado en Bélgica donde además vive mi familia.
Andrés Arauz, el candidato a ganar las elecciones en Ecuador. Foto: Reuter
En los últimos días se ha intensificado el enfrentamiento que mantiene con el presidente Lenín Moreno. Usted le ha llamado “basura” después de que le vinculara con la extinta guerrilla colombiana de las FARC. Esta crispación, en una política ecuatoriana polarizada, ¿no provoca que haya tantos indecisos como indican las encuestas?
Yo no enfrento a Lenín Moreno, enfrento a su corrupción, a la destrucción que ha hecho del país. Si él me acusa de tener un vínculo con las FARC, que lo demuestre y, por último, cuando nos acusaron de eso él era vicepresidente, por qué no lo dijo en ese entonces. Es evidente la hipocresía de Lenín Moreno y sus mentiras. Estamos ante un mentiroso patológico. Indigna la hipocresía de la prensa y la comunidad internacional a querer poner esto como una simple disputa. ¿Enfrentamiento? Es la peor traición de la historia del país, ha quebrado a la patria. Aquí no hay ningún enfrentamiento con alguien como Lenín Moreno, que está en el basurero de la historia, verán los resultados de las elecciones.
¿Qué pasó entre usted y Lenín Moreno?
Nuevamente usted está reduciendo la mayor traición de la historia ecuatoriana. Pero no es que es a mí. Ganó nuestro programa de gobierno en las urnas y lo tiró a la basura, optó por el neoliberalismo. La persecución criminal contra lo que llaman correístas tampoco hubiera sido posible en un país civilizado y ha sido posible en Ecuador por la complicidad obscena de la prensa. Pero, ¿qué pasó? Tenemos un demente, Moreno está demente. Déjese de pensar e insinuar que es una pelea entre dos personas, son cosas mucho más profundas.
¿Cómo evalúa la presidencia de Moreno en estos cuatro años?
Todo destruido. Nosotros dejamos una economía creciendo. En 2017 crecimos un 2.4% y ahora vamos decrecer un 11%. Se triplicó la pobreza absoluta, volvimos a ser un país sumamente inequitativo y a retroceder en todos los derechos fundamentales, en todos los servicios públicos.
¿Cómo ha gestionado el gobierno la pandemia? ¿Qué sintió cuando vio las imágenes de cadáveres en las calles Guayaquil?
¡Dijeron que esos vídeos eran fake news de los correístas! La respuesta a la pandemia solo se puede calificar como negligencia criminal. Desde que se supo que había el nuevo virus en Wuhan debíamos tomar precauciones. Abastecernos de pruebas, de tests… No hicieron nada. Luego, aumentar camas de cuidados intensivos, conseguir respiradores… No hicieron nada. Por el contrario, acabaron el convenio con Cuba y 400 médicos cubanos en diciembre de 2019 regresaron a Cuba, entre ellos 74 especialistas en epidemias.
Usted fue presidente en un contexto de gobiernos latinoamericanos de izquierdas. Luego el continente vivió un giro a la derecha, que ahora parece volver a deshacerse. ¿A qué atribuye ese péndulo ideológico?
Se desplomaron las materias primas, entre ellas el precio del petróleo, y toda América Latina, sobre todo América del Sur, que exporta commodities, tuvo dificultades económicas. Eso aprovechó la prensa, que en Latinoamérica es el instrumento de las élites para mantener el statu quo, para mantener sus privilegios, para decir que había sido un fracaso de nuestras políticas. Aprovechando eso se dio el golpe de estado en Brasil: el mundo miró hacia otro lado. ¿O no fue un golpe de estado lo que se dio contra Dilma (Rousseff)? En 2015 se pierde Argentina, pero estrictamente hablando no se pierde contra (Mauricio) Macri: (Daniel) Scioli pierde contra Clarín, el adversario es la prensa burguesa. Luego se da la traición ecuatoriana: ganamos las elecciones, perdimos el poder; los que perdieron las elecciones ganaron el poder por la traición de Moreno.
¿No considera al chavismo un régimen que viola los derechos humanos? Lo afirma incluso la alta comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet, una socialista con quien usted tuvo muy buenas relaciones como mandatario cuando era presidenta de Chile.
Michelle Bachelet, a quien estimo mucho, también se puede equivocar. Por si acaso, visité Venezuela con José Luis Rodríguez, pregúntele a él. Son profecías autocumplidas. Bloquean a Venezuela, le hacen tener escasez de combustible, escasez de medicinas, escasez de alimentos… entonces, si hay protestas tienen que controlar las protestas y ahí está la represión. Es la hipocresía de siempre. Venezuela está bloqueada. Venezuela tiene una economía de guerra. Ese es el verdadero atentado a los derechos humanos, al estado de derecho. Levanten el bloqueo y podemos conversar lo que usted quiera.
¿Cuál es actualmente su situación ante la justicia?
Tengo 39 investigaciones judiciales, tengo una orden de prisión por un supuesto secuestro y lo último fue la sentencia en fase de casación que resolvieron en 17 días laborables. Es una gran patraña. Bélgica nunca ha dado paso a la extradición pese a la presión enorme del gobierno ecuatoriano. Los jueces han prevaricado, hay persecución política.
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