El pos Brexiten peligro. El protocolo de Irlanda del Norte es el que establece la no frontera y las condiciones de paso aduanero entre Irlanda,
la última frontera europea, e Irlanda del Norte, territorio británico.
La primer ministra del Ulster, Arlene Foster decidió desafiar en los tribunales el protocolo firmado con la Unión Europea, la parte más sensible del Brexit, como “incompatible con los acuerdos del Viernes Santo y el Acto 1800 de la Unión” del Reino Unido.
Eso significa que se puede caer el más delicado instrumento que mantiene el Brexit y por donde pasan los bienes a Gran Bretaña y a Europa. Ya nadie utiliza Calais o los otros puertos. Todos los camiones van a Irlanda y de allí a Gran Bretaña, via Irlanda del Norte, que permanece aún en el mercado único europeo.
Todo comenzó con la guerra de las vacunas, cuando la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen activó el articulo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte e impuso una frontera dura en el acto. Creía que por esa frontera pasaban las vacunas de Astrazeneca y Pfizer, que le faltaban a la UE y que iban a Gran Bretaña. No era cierto, el acto diplomático fue un zafarrancho y rectificado. Pero el daño ya estaba hecho.
Los unionistas protestantes democráticos, que ejercen el poder en Irlanda del Norte, nunca creyeron en el protocolo de Irlanda del Norte, no fueron ni avisados por la UE. Inmediatamente exigieron a Boris Johnson su derogación.
Simultáneamente las milicias protestantes loyalistas, que se oponen al Protocolo, reaparecieron en el borde y amenazaron a camioneros y oficiales de aduana. Fueron los protagonistas de la guerra civil religiosa en la provincia contra los republicanos católicos durante 30 años, con 3.000 muertos.
El gesto de Von der Leyen despertó los peores demonios de la guerra civil entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte y puso en peligro el Acuerdo del Viernes Santo, que lo protegía.
El primer ministro Boris Johnson pidió a la UE que flexibilicen algunas medidas de paso y los europeos se niegan. Tampoco pueden pasar más los crustáceos como ostras, langostas, almejas de Gran Bretaña al continente y los pescadores se funden.
El acuerdo
Arlene Foster, la primera ministra de Irlanda del Norte, desafía la legalidad del Protocolo de Irlanda del Norte de Boris Johnson, argumentando que “es incompatible con el acuerdo del Viernes Santo de 1998 y la Ley de Unión de 1800”.
Foster, junto con importantes parlamentarios del Partido Unionista Democrático, buscará anular el protocolo, que impone controles a las mercancías que cruzan el Mar de Irlanda.
Los unionistas están furiosos por los nuevos procesos regulatorios y aduaneros necesarios para traer mercancías a Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido, en virtud del acuerdo de retirada de la UE.
Lord Frost, el nuevo ministro del Brexit, está en conversaciones con la UE para aliviar algunas de las restricciones, tras haber asumido las negociaciones en lugar de Michael Gove. Sin embargo, Bruselas ha dejado en claro que no aceptará ningún cambio significativo en el acuerdo, argumentando que depende del Reino Unido hacer que el protocolo funcione.
Ahora se supo que los comerciantes de alimentos se enfrentarán a otra capa de burocracia enviando carne fresca procesada, como salchichas, a la provincia. Gran Bretaña obtuvo una exención de seis meses de una prohibición en toda la UE sobre la importación de tales productos desde fuera del bloque como parte de un acuerdo en diciembre pasado. Sin embargo, ahora los comerciantes deberán presentar un certificado sanitario de exportación personalizado. A pesar de esto, dichos productos aún podrían enfrentar una prohibición total, cuando el período de exención finalice en junio.
Foster dijo que el protocolo de Irlanda del Norte violaba claramente la legislación anterior. “Fundamental para el Acta de Unión es el comercio sin restricciones en todo el Reino Unido”, dijo. “En el centro del acuerdo de Belfast estaba el principio de consentimiento. Ahora han metido un caballo y un chofer a través del Acuerdo de la Unión y el Acuerdo de Belfast”, dijo.
Los políticos irlandeses se inquietan ante la decisión de la primera ministra protestante, en la frágil Irlanda del Norte, donde a causa del protocolo los supermercados tienen sus góndolas vacías.
Colum Eastwood, líder del SDLP nacionalista y católico, calificó la acción legal de mal juzgada. Dijo que “afianzará el clima político febril y creará más incertidumbre para las personas y las empresas”. “Habrá pocos que simpaticen con el argumento de que el protocolo, que impide una frontera firme en Irlanda y garantiza el acceso dual al mercado para las empresas locales, viola el acuerdo del Viernes Santo”, declaró .
Micheal Martin, el primer ministro irlandés, ha instado al DUP “a reducir la retórica y trabajar para resolver los problemas con el protocolo”.
PB
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