La sonda de la NASA Europa Clipper, despegó este lunes desde Estados Unidos rumbo a una luna del planeta Júpiter, para investigar si su composición permite albergar vida, un descubrimiento que tendría implicaciones vertiginosas.
Se trata de un mundo que la agencia espacial estadounidense no ha observado aún de forma tan detallada, donde su viaje será largo y demorará un extenso tiempo, por lo que la paciencia y expectativa serán las claves para aguantar. La misión llegará a Europa, uno de los satélites de Júpiter, en abril de 2030.
Los científicos estiman que bajo la superficie de hielo, hay un océano de agua líquida. “Europa es uno de los lugares más prometedores para la búsqueda de vida más allá de la Tierra“, aseguró en rueda de prensa previa al lanzamiento, Gina DiBraccio, funcionaria de la NASA.
Cuáles son los objetivos
La misión no buscará directamente señales de vida pero tratará de dar respuesta a la cuestión de su habitabilidad: ¿Europa tiene las condiciones suficientes que permiten que exista y se desarrolle la vida? En el caso de ser así, otra misión debería ir para tratar de detectarla.
“Es una oportunidad para nosotros de explorar no un mundo que pudo haber sido habitable miles de millones de años atrás”, como Marte, “sino uno que podría ser habitable justo ahora“, dijo Curt Niebur, a cargo de la parte científica de la misión. La sonda es la más grande diseñada por la NASA para la exploración interplanetaria, llega a 30 metros de largo con sus paneles solares extendidos, diseñados para captar la débil luz en el camino a Júpiter.
Las primeras imágenes cercanas de Europa, cuya existencia se conoce desde 1610, fueron hechas por la sonda Voyager en 1979, que revelaron las misteriosas líneas rojizas sobre su superficie. En la década de 1990, la sonda Galileo confirmó la muy probable presencia de un océano.
Esta vez, Europa Clipper, lleva varios instrumentos ultra sofisticados, entre ellos cámaras, espectógrafo, radares o un magnetómetro. La misión debe permitir determinar la estructura y composición de su superficie congelada, la profundidad e incluso la salinidad del eventual océano, todo con el fin de comprender si los tres ingredientes necesarios para la vida se encuentran allí: el agua, la energía y algunos componentes químicos.
Si existen, la vida podría estar en el océano bajo la forma de bacterias primitivas, explicó Bonnie Buratti, responsable científico adjunto de la misión. Aunque demasiado en lo profundo como para que Europa Clipper pueda verla. ¿Y si Europa finalmente no fuera habitable? “Eso también abriría a una serie de cuestiones: ¿Por qué pensamos eso y por qué no está ahí?, indicó Nikki Fox, administradora asociada de la NASA.
Fuente Ambito