Por el Equipo Consejo Federal de Inversiones (CFI)
En las últimas décadas, las Industrias Culturales y Creativas (ICC) han demostrado ser un sector estratégico a nivel global por su capacidad para generar empleo de calidad, fomentar la innovación, fortalecer identidades locales y proyectar a los países en el escenario internacional. A nivel mundial, representan el 3% del PBI, superando a sectores tradicionales. En América Latina, alcanzan el 2,2%, con un crecimiento impulsado por la economía digital.
Argentina, con su riqueza cultural y talento reconocido internacionalmente, cuenta con una ventaja comparativa para posicionarse como un actor clave en este ámbito. Según datos del Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA) de 2024, la participación del sector cultural en la economía ya supera a ramas como la energía (1,1%) y la fabricación de automóviles (1,5%), consolidando su peso estratégico.

Uno de los casos más destacados es la industria de los videojuegos. En 2023 generó ingresos por 47 millones de dólares y se proyecta que alcanzará los 78 millones para 2028, con una tasa anual de crecimiento del 10,8%. Este dinamismo ha impulsado la creación de empleo calificado, el surgimiento de estudios locales y la realización de eventos de eSports, mostrando un gran potencial exportador.
Sin embargo, los datos recientes también evidencian desafíos. En 2023, el valor agregado bruto cultural representó solo el 1,84% del PBI nacional, con una caída interanual del 0,8% (SINCA, 2024). Esta brecha entre potencial y desempeño efectivo plantea la necesidad de políticas públicas robustas.

Desde el Consejo Federal de Inversiones (CFI), partimos de la convicción de que las ICC son un motor clave del desarrollo. Por eso, llevamos adelante un análisis en perspectiva comparada comparado para identificar buenas prácticas internacionales y pensar estrategias aplicables al contexto argentino. Esta investigación se enmarca en el programa de Industrias Culturales e Innovación del CFI, que busca fortalecer las capacidades de diseño de políticas culturales públicas, que incluye un plan de formación para gestores y agentes de los estados provinciales que se desempeñan en el área de cultura o sectores afines.
La experiencia internacional ofrece ejemplos valiosos. Corea del Sur impulsó la ola coreana (‘Hallyu’) con una fuerte política de exportación cultural. El Reino Unido adoptó el enfoque de industrias creativas como parte de su estrategia económica desde fines de los años noventa. Francia desarrolló los planes Touch! y Tech a través del Banco Público de Inversión (Bpifrance) como iniciativas fiscales estratégicas, diseñadas especialmente para fortalecer las ICC invirtió en una red de centros culturales y promovió cuotas para la producción local. Brasil impulsó la producción cultural con la Ley Rouanet (mecenazgo fiscal) y la PNAB (transferencias públicas directas) implementó la Ley Rouanet como mecanismo de mecenazgo. México apoyó su cine con incentivos fiscales (EFICINE) y programas públicos como FIDECINE y FOCINE (vía IMCINE) apoyó su cine a través del FIDECINE ; y Noruega integró la cultura en la educación con el programa ‘The Cultural Schoolbag’. Estos modelos combinan financiamiento, incentivos fiscales, formación temprana, clústeres creativos y cooperación público-privada.
En función de estos aprendizajes, identificamos seis recomendaciones para consolidar el desarrollo de las ICC en Argentina: diseñar una estrategia específica para el sector; promover la transversalidad con otras políticas públicas; garantizar el acceso a financiamiento adecuado; invertir en formación desde edades tempranas; fortalecer los mecanismos de monitoreo y evaluación; y fomentar la cooperación internacional. Estos elementos son condiciones necesarias para que las ICC puedan desplegar todo su potencial como sector estratégico al servicio del desarrollo productivo del país.
Las industrias culturales y creativas no sólo aportan cifras económicas. Son vehículos de inclusión social, desarrollo regional y proyección global. En este sentido, el rol de las provincias es central. Desde el CFI promovemos el trabajo conjunto con los gobiernos provinciales para construir redes, intercambiar conocimientos y generar un efecto multiplicador. Las ICC ya tienen peso creciente en los PBG provinciales y son fuente de empleo joven, valor agregado y competitividad exportadora.
Promover a las ICC en Argentina no debe ser visto como un lujo, sino como una decisión estratégica para construir un modelo de desarrollo más inclusivo, sostenible y creativo. En un país golpeado por la desigualdad y la incertidumbre, apostar por la cultura es apostar por una salida diferente.
Fuente Tiempo Argentino