Mariana Iacono supo que vivía con VIH en 2002, con el país recién sacudido por los álgidos días de diciembre de 2001. Por entonces, tenía que ir casi a diario al Hospital Muñiz. Eso implicaba tomarse cuatro colectivos, dos de ida y dos de vuelta. De aquella época guarda una imagen: la de su mamá contando monedas para llegar a cubrir esos pasajes. “No tengo más”, le decía muchas veces. “El contexto me hace acordar mucho a esa situación”, dice sobre el panorama que atraviesan quienes viven con VIH hoy. Desde aquellos días, con la experiencia y la investigación de más de dos décadas de convivir con el diagnóstico, Mariana se convirtió en activista por los derechos de las mujeres que viven con VIH. Entre ellos, el derecho a maternar y amamantar.
Coordinadora nacional de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/SIDA Argentina (ICW, por su sigla en inglés) y parte de la coordinación política para América Latina y el Caribe Hispano de ICW Latina, fundadora de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) y la Red de Jóvenes y Adolescentes Positivos de América Latina y el Caribe Hispano, investigó en profundidad sobre evidencia científica y experiencias de otros países en materia de VIH y lactancia. Cuando tuvo a su hija, seis años atrás, no encontró acompañamiento médico en Argentina. Ella no pudo hacerlo, pero se propuso que de allí en adelante las mujeres con VHI con carga indetectable e intransmisible que quisieran intentar la lactancia pudieran tener la oportunidad. Lo logró.
Fue un recorrido largo. Recién este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó sus recomendaciones y, por primera vez, reconoció el derecho de las personas con VIH bajo tratamiento antirretroviral efectivo a considerar la lactancia materna como una opción válida.
“En Argentina las orientaciones salieron antes que en la OMS y nos tomaron dos años de diálogo con las sociedades de infectología, obstetricia, pediatría, y con la sociedad civil –repasa Mariana, en diálogo con Tiempo– Fue un gran trabajo del Ministerio de Salud en su momento. Ahora que la OMS tiene las guías actualizadas, es un soporte mucho más grande. Ya hay varios casos de mujeres que amamantaron con carga viral indetectable”.
“El siguiente desafío en relación a esto es la formación, capacitación y eliminación del estigma y la discriminación de parte del personal médico”, remarca la activista. “También, de parte del entorno de la mujer o persona gestante con vih con carga viral indetectable. Eso es lo inmediato, lo urgente”.
Todavía falta
Licenciada en Trabajo Social, profesora de Historia, magíster en Comunicación y Derechos Humanos y doctora en Comunicación, Mariana Iacono se para desde el feminismo para defender el derecho a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de mujeres con VIH.
“Ya hay más de diez casos en Argentina de lactancia donde todos fueron de no transmisión de VIH par los bebés”, destaca. Pero todavía falta: “Hemos tenido un caso hace unas tres semanas en La Matanza, en el Hospital Paroissien, donde se hizo todo lo que no se debía hacer y se tuvo que suspender la lactancia a los 10 días. O no había protocolo, o no se cumplió, o cada persona hizo lo que quiso”, lamentó.
Es el camino que falta recorrer: “El trabajo y la pedagogía con esas enfermeras, obstetras que están día a día batallando en el sistema de salud pública, con todas las falencias que hay en este momento y en este contexto político”.
El derecho de una mamá con VIH indetectable e intransmisible a contemplar la posibilidad de dar la teta se garantiza de forma dispar en Argentina, advierte la activista. “No puedo decir si hay o no acompañamiento médico en términos generales. En algunos hospitales hay, en algunos servicios médicos falta información, algunos profesionales están acompañando y tienen voluntad médica de acompañar. A otros, les preguntás y dicen que no se puede”.
“Hay un poco de todo, depende la ciudad, las personas, la ideología antiderechos, la información actualizada. Intervienen muchas variables”, describe. Uno de los factores en juego tiene que ver con el nivel de información con el que cuenta la mujer o persona gestante. “Si no tiene información, dice ‘listo, no puedo amamantar, le doy leche de fórmula’. Si buscó y empezamos acompañar desde ICW, cambia la cosa. Si ya hizo una revisión documental fuerte, se arma otro escenario”, describe.
Regalo de cumpleaños
El 21 de julio, día de su cumpleaños, Mariana publicó en su cuenta de Instagram: “El mejor regalo que pude haber recibido en este cumpleaños es la noticia de que, tras más de ocho años de arduo trabajo —y los últimos tres de forma intensificada—, las nuevas guías mundiales de la OMS abren la posibilidad de la lactancia para mujeres con VIH con carga viral indetectable. ¡Lo logramos! Este fue el motor de todo nuestro esfuerzo, impulsado por la convicción de que lo que a mí me tocó vivir, al no poder amamantar, no le volvería a pasar a ninguna otra mujer con VIH que tuviera la carga viral indetectable y las condiciones necesarias para hacerlo”.
La medida fue presentada en el marco del XXII Simposio Científico Regional de Fundación Huésped 2025 realizado en Buenos Aires. Según las nuevas guías, cuando la persona gestante mantiene carga viral indetectable, el riesgo de transmisión postnatal se reduce a menos del 1 %, aunque no llega a ser nulo. Por eso, la OMS subrayó la necesidad de tomar decisiones con información basada en evidencia y acompañamiento médico, analizando cada caso.
“Esto no significa que todas las personas con VIH indetectable podrán amamantar, pero sí que los equipos de salud deberán brindar toda la información para una elección informada”, dijo tras ese anuncio la referenta de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/sida en Argentina.
VIH y Estado ausente
Desde que asumió el gobierno de Javier Milei, la situación se volvió más ardua para la población con VIH –entre tantas otras-. “Las políticas sanitarias y sociales afectan día a día a las personas con VIH –afirma Mariana- Tanto desde cosas básicas como el acceso al alimento por el costo, el acceso a la vivienda por el costo del alquiler y los impuestos, todo eso hace a la calidad de vida. Si una persona con VIH no puede cubrir todo eso, por más que el Ministerio de Salud brinde la medicación retroviral, seguramente no se logra tener una adherencia al tratamiento y una salud mental que acompañe la adherencia. Por eso cuando hablamos de adherencia al tratamiento es mucho más que solo tomar la medicación todos los días. Tiene que ver con todo eso: acceso a vivienda, trabajo, alimentación, calidad de vida y atención de la salud mental. Claramente este gobierno no está haciendo todo eso”, cuestiona.
En el caso de las madres con VIH que se informan y asesoran para lograr amamantar sin transmitir el virus al bebé, esas políticas también afectan. “Si hay disponibles o no cargas virales afecta tanto a la población con VIH en general como a los casos de lactancia, porque se necesita tener esa carga viral mensualmente. Si no hay disponible, se puede llegar suspender la lactancia”, advierte. A mediados de este año, de hecho, hubo denuncias por faltantes, así como por cambios impuestos de medicación y entregas fraccionadas. Todo eso impacta contra la adherencia al tratamiento y el cuidado de la condición de virus indetectable e intransmisible.
“Cuando hay crisis se dificulta el acceso a la leche de fórmula para las mujeres con VIH que no amamantan, hay complejidades con el acceso a la medicación, baja la asistencia a controles médicos por falta de recursos. Cuestiones básicas que habían pasado tanto en 2001 como en pandemia”, compara Mariana. Y alerta: “La crisis esta tan aguda que ya está afectando a cierta población que no era la que estaba más apaleada”.
Fuente Tiempo Argentino
