Este miércoles se confirmaron en Argentina cinco muertes más como consecuencia de la pandemia y otros 79 infectados. Con estos últimos datos, ya hay 1.133 pacientes con coronavirus y
32 víctimas fatales.
Pero, más allá de la preocupante cifra, que refleja un aumento sostenido aunque lento en relación a lo que ocurre en otros países, es importanteanalizar la forma en la que se registran los contagios.
El foco, desde hace unos días, está puesto sobre eso: los casos importados dejaron de ser la gran mayoría. Hoy, casi la mitad de las personas con coronavirus se contagió dentro de Argentina. Y, según los expertos, ya hay muchos casos en análisis que serían de “transmisión comunitaria”.
El reporte de este miércoles precisa: “Del total de los casos, 580 (51,2%) son importados, 349 (30,8%) son contactos estrechos de casos confirmados, y el resto se encuentra en investigación epidemiológica”.
“En la mayoría de los casos en los que dice que se investiga el origen epidemiológico, lo más probable es que estemos frente a transmisión comunitaria. Esto tiene que ver con que el virus ya está circulando”, advierte en diálogo con Clarín Eduardo López, infectólogo del Hospital Ricardo Gutiérrez. Y señala que se está dando esta situación en Capital, Gran Buenos Aires, Chaco, Santa Fe, Córdoba y Tierra del Fuego.
“La ampliación del concepto de caso sospechoso, determinación que se tomó hace dos días, está vinculada con lo mismo”, cuenta López, que forma parte del Comité de expertos de Covid-19 del Ministerio de Salud.
Se refiere al cambio en los requisitos: no se necesita más un nexo epidemiológico para pensar que una persona puede estar infectada con coronavirus. Tener fiebre acompañada de dolor de garganta, tos o dificultad para respirar ya es suficiente para que el sistema de salud decida realizar el test. No importa si viajó o si tuvo contacto estrecho con alguien que viajó a uno de los destinos considerados “de riesgo”.
Entre las personas fallecidas en las últimas horas hay cuatro hombres. Uno de ellos es el rabino Gabriel Yabra, que tenía 55 años y era residente de Capital. Luis María Suárez es otra de las víctimas fatales. Tenía 71 años, residía en la provincia de Buenos Aires y era el abuelo del joven de 24 años que había estado en Estados Unidos y, a su regreso, había participado de una fiesta de 15 en Moreno, rompiendo la cuarentena.
Murió el rabino Gabriel Yabra.
También murió el cónsul general de Chile en Rosario, Fernando Labra Hidalgo. Tenía 66 años y estaba internado en Santa Fe. El cuarto hombre fallecido fue identificado como Carmelo Giglio (78). Había sido noticia el 25 de marzo tras descompensarse en un vuelo que volvía de Madrid.
Giglio vivía en Centenario (Neuquén) pero estaba internado en el Hospital de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. La quinta víctima es una mujer de 63 años, oriunda de la provincia de Buenos Aires. Falleció en la Clínica Agüero, de Ituzaingó.
En la última jornada, la Ciudad sumó 10 casos y quedó primera en cantidad de infectados con 321. Le sigue la provincia de Buenos Aires con 10 nuevos contagiados y un total de 280. Santa Fe, que tuvo este miércoles 11 pacientes ingresados, acumula 144 positivos.
Muerte del cónsul de Chile en Rosario Fernado Labra Hidalgo. El comunicado de la Cancillería de su país
En Córdoba ya son 101 con seis confirmados nuevos. Y en Chaco, 96, con 12 ingresos a los centros de salud de esa provincia. Mendoza tuvo otros 10 y llegó a los 25 infectados. Y Santa Cruz también reportó 10 casos por lo que ya cuenta con 19 pacientes positivos. Formosa, Chubut y Catamarca siguen libres del virus, según el informe oficial.
La clave en las zonas donde ya circula el coronavirus está ahora en examinar a todo aquel que tenga síntomas. “La única forma de aplanar la curva es hacerle el test al que presente las señales de alerta que ya conocemos. El objetivo con esto es aislarlos antes de que contagien”, sostiene López.
Entre los problemas que trae la “transmisión comunitaria”, es decir, que el virus circule, está la cuestión de lo masivo de las sospechas. En especial, con la llegada del frío, cuando los cuadros respiratorios se multiplican. “Es difícil porque el nexo epidemiológico servía para descartar. La circulación hace que hoy cualquiera pueda tenerlo y que las únicas pistas sean los síntomas”, suma.
Lautaro de Vedia, infectólogo del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, coincide en que el cambio en el origen de los contagios es una cuestión que preocupa y pide insistir en la importancia de respetar la cuarentena obligatoria y sostener las medidas de higiene para prevenir la transmisión.
“Ese es el camino para frenar la circulación local. También es fundamental que la gente avise a las autoridades sanitarias si presenta síntomas para que se le haga el test y se consiga un diagnóstico temprano”, dice el especialista del Muñiz.
La otra parte ya corresponde al equipo de salud. “Los médicos tienen que estar más atentos que nunca y evaluar todos los cuadros respiratorios”, aporta.
EMJ
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