Daniel Saramaga, de 64 años y 50 de empresario, ya venía castigado por una demanda escuálida con Patagonia Flooring, la empresa de pisos de madera que fundó su padre. Pero desde
la cuarentena obligatoria dice conocer lo que es el cero absoluto en términos de ingresos, con sus 60 puntos de venta cerrados, 300 sueldos a pagar y unas 500 familias que dependen de su actividad con aserraderos en Salta, Formosa y Chaco. Asegura ser austero, tener su compañía saneada y estar al día con los impuestos. Ayer por la mañana, munido del boletín oficial con el decreto con ayudas y anuncios para las empresas, habló con el gerente del banco entusiasmado con los créditos al 24%. Y reinó la confusión. “No tenemos instrucciones”, le respondieron. “La pandemia nos ha cambiado la vida. Este mes pagamos los sueldos, pero si esta situación se extiende, no veo cuál es el futuro”, le dice a Clarín.
Muchos empresarios comparten estos días diversas proyecciones sobre el derrumbe de la actividad en la Argentina junto a datos alarmantes sobre la recesión a la que se encamina el mundo y se han impuesto una política de evitar más tensiones. En la Unión Industrial prefieren no responder a lo que alguno de sus asociados calificó como agravio del Presidente cuando los llamó “miserables”. Tampoco critican, al menos en público, las medidas. Allí armaron un comité de crisis con diálogo fluido con los ministros Matías Kulfas y Claudio Moroni y con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Diariamente entre las 11 y las 13,30 hay sugerencias de todo tipo. Tras el decreto que se conoció el martes con medidas de ayuda y la prohibición de despidos y suspensiones, el presidente de los industriales, Miguel Acevedo, dijo a sus pares que era incompleto. “Se necesita más liquidez en un escenario donde el 80% del aparato productivo está sin facturar y debe afrontar los salarios entre otros costos fijos”.
En lo que es todo un ejercicio de casi 18 horas al día, Daniel Funes de Rioja, titular de Copal, la cámara de las alimenticias, cuenta que en el sector considerado esencial casi el 40% del personal está licenciado ya sea por riesgos propios por edad, salud o por ser padres de hijos de edad escolar. Asegura que los protocolos de funcionamiento son tan estrictos que no se ha detectado ningún caso de coronavirus en las plantas. Y destaca el nivel de abastecimiento, el funcionamiento de la logística para atender 270.000 puestos de venta. Eso si, Funes de Rioja lamenta que el Gobierno haya quitado en el decreto la ventaja prometida de eximir de cargas patronales a los empleadores de las personas que tomaron licencia. Y cree que habrá que agilizar los repro para el caso de las suspensiones. Un dato: en la industria de la alimentación considerada esencial están detectando el surgimiento de otro tipo de consumidor volcado a los productos más básicos como harinas, arroz, yerba, pastas secas, que hasta dejó de comprar golosinas.
“¿Despedir? No necesito una ley que lo prohíba, es la última instancia. Tienen que acariciarnos más en vez de agredirnos. Pagamos impuestos y generamos empleo. Vamos a necesitar créditos pero a tasa cero para afrontar la emergencia. Rearmar el tejido pyme va a ser complicado, hay sectores como el turismo que van a seguir afectados. El Estado tiene que estar a la altura de las circunstancias”, dice Federico Pucciariello, productor de biocombustibles.
Otros creen que la financiación puede solucionarse en cuestión de días dado que el decreto contempla un fondo de garantías. Arturo Stábile, de Comercios Activos Buenos Aires, piensa que ese fondo ayudará junto a una operatoria que autoriza los contratos digitales. “Las pymes que están inscriptas y operan con bancos podrán acceder”. Claro que hay otro 40% que queda afuera. “Las Pymes no van a despedir si las asisten”, señaló.
“Las medidas son buenas, lo que falta es la automaticidad en los créditos”, dispara José Urtubey. En su visión, el Banco Central debería habilitar un financiamiento automático en esta pandemia. “Hay que salir de las recetas tradicionales y mirar lo que está haciendo la Reserva Federal de EE.UU. con sus inmensos paquetes de ayuda”.
Para Mario Ravettino, con la batuta en ABC el consorcio de frigoríficos exportadores, la prohibición de despedir es correcta mientras dure la cuarentena.
Entre tanto en el interior se nota una gran afluencia de camiones a las plantas agroindustriales y terminales portuarias, por encima de los dos años anteriores. “Comenzó la cosecha gruesa y es todo un aliciente”, suelta en la cámara aceitera al remarcar que las entregas se están normalizando en todos los puertos y dejaron de tener problemas con los sindicatos. “Los tiempos de los barcos y las ventas de la Argentina están funcionando normalmente para todos los granos, harina de soja, aceites y biodiesel”, informaron.
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