Martín Ruíz tiene 43 años. Está preso en la Unidad Penal 1 de Olmos, ubicada en La Plata, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Fue miembro de la Policía Federal Argentina (PFA) hasta 2012. Se encuentra detenido por tenencia de 300 gramos de cocaína que le encontraron en el interior de su domicilio del barrio Santa Ana, de la localidad bonaerense de Alejandro Korn. Lo acusan también de haber cometido un homicidio por ajuste de cuentas.
Ruíz asegura que la policía le puso un arma que lo involucra en el doble crimen que fue ejecutado con el sello de la mafia, ocurrido en San Vicente en mayo de 2019. Hernán Rivero y Jonathan Zárate, ambos oriundos del partido bonaerense de San Martín, el primero de Villa Ballester y el segundo de José León Suárez.
Sobre la imputación de la policía
«La viuda de Rivero dice en su declaración que ese día me podría haber ido a visitar a mí, porque yo soy del barrio Santa Ana de Alejandro Korn, una localidad del partido de San Vicente. No tienen más datos ni nada por estilo para reforzar mi participación en el doble crimen», aseguró Ruíz a Tiempo.
Continuó relatando: «Supuestamente, ellos -los policías- me investigaron durante cuatro meses. Yo me enteré por los medios de comunicación. Los asesinatos de los pibes ocurrieron en mayo de 2019 y el 27 de septiembre del mismo año me allanaron, me encontraron 300 gramos de cocaína en mi casa y me llevaron detenido».
Ruíz también detalló: «Uno o dos días después del allanamiento, cuando ya no había nadie en mi casa porque también resultó detenida mi mujer -que luego fue liberada- y el nene quedó en custodia de mi suegra en la casa de ella, los policías declararon que encontraron un arma. Pero dijeron que estaba en el patio de la casa de un vecino que da al fondo de mi vivienda y me la agregan a la causa de la tenencia de cocaína».
Y denunció: «Me pusieron el arma y me imputaron el homicidio de Zárate, a quien ni siquiera conocía. En el medio de todo esto, en el año 2022, el defensor que yo tenía en ese momento pidió las pericias geolocalizables de los celulares, las llamadas y todos los elementos de prueba».
«Porque ya se había roto la cadena de custodia del arma secuestrada cuando la llevaron a peritar. Es decir, llevaron el arma a la audiencia, pero no la munición; o sea, ahí se rompe la primera cadena de custodia del arma que usaron para asesinar al pibe», señaló el detenido.
La precariedad institucional de la policía
Durante la charla con este diario, el detenido explicó: «Se están tirando la pelota entre el Tribunal Oral Criminal 3 de La Plata -a cargo del juez Andrés Vitali que tiene su tutela- y el Juzgado de Garantías 8 de Cañuelas. Porque al final resultó que nadie tenía los elementos de prueba en mi contra, porque no existen. La Gendarmería Nacional Argentina (GNA) también los solicitó por oficio y tampoco se los facilitaron, entonces no se pudo peritar».
«Todos dijeron que no tenían los elementos de prueba. Por eso, a fines del año pasado realicé una denuncia y me tocó la Fiscalía 1 de La Plata, a cargo de Ana Medina. Y recién ahí, la fiscal de Garantías de San Vicente, Karina Guyot, dijo que los elementos de prueba se encuentran bajo su custodia. Ahora me pregunto ¿cómo puede ser que Guyot los tenga si los pidió Gendarmeria para peritarlos y ella no se los dio», remarcó Ruíz.
«Con esto me están negando el derecho a defensa», reclamó el detenido. «Hay un fuerte rumor y una fuerte presunción de que los elementos no se encuentran. Lo que están buscando es que yo firme un juicio abreviado en el que me haga cargo de todo y así cierran la causa. No voy a acceder a esa extorsión porque soy inocente. Sí me hago cargo de los 300 gramos de cocaína que encontraron en mi casa; pero yo no maté a nadie», enfatizó.
La relación con una de las víctimas
En el año 2018, mantuvo un encuentro con Hernán Rivero -uno de los dos asesinados- y con su mujer. «Fue este muchacho quien me propuso que le guardara 30 kilos de cocaína y que lo ayude a distribuirla, pero yo le dije que no. Porque también me había dicho que esa mercadería se la habían robado a un narco de Moreno, al que todos llaman ‘El Pae‘, pero yo no lo conozco», reconstruyó Ruíz y aseguró: «Desde ese día, jamás volví a verlo».
En el mismo sentido, aseveró: «Rivero me dijo iba a empezar a moverse por la zona en la que vivo yo. Le dije que se maneje solo, que conmigo no contara para eso. Me di cuenta de que era para problemas porque la droga era robada y estaba seguro de que su dueño iba a buscar venganza. Los pibes estuvieron desaparecidos cinco días, después de la denuncia por desaparición que hicieron los familiares, y aparecieron asesinados».
El cuerpo de Zárate fue hallado en un camino rural que se llama El Portugués con tres tiros y el de Rivero a unos veinte kilómetros para el otro lado, cerca de la intercepción de la Ruta 6 con la 53, con sentido hacia Florencio Varela. Estaba calcinado dentro del auto que era de Zárate.
Hay una distancia de 30 kilómetros de distancia del barrio Santa Ana, donde vive el detenido, hasta el lugar donde sucedieron los hechos. «Y la fiscal Karina Guyot quiere hacer creer a todos que yo hice todo eso solo«, expuso Ruíz.
Lleva 5 años y 8 meses preso, tenía fecha de juicio para 2024, pero no lo pudieron hacer porque faltan los elementos de prueba. Ahora, le dieron una nueva fecha, para noviembre de 2026. Mientras tanto, él sigue detenido en el penal de Olmos.
Sobre la cocaína robada
El detenido contó a este diario que conoció a Rivero durante una detención por otra causa en la que estuvo preso en Devoto, entre 2013-2014, y que por eso este se animó a contarle y pedirle ayuda para guardar y distribuir la droga que le habría robado a «El Pae» de Zona Oeste.
También detalló que conoce de vieja data a la fiscal que lo imputa, Karina Guyot: «Porque fue mi maestra en la escuela primaria y, además, durante mi adolescencia fui el novio de su hermana, me tiene bronca. Ella me armó toda la causa porque no me quiere».
Guyot está formalmente acusada e investigada por prevaricato, violación a los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. Por lo cual, es muy posible que pronto tenga que enfrentar un jury de enjuiciamiento.
«Es una fiscal corrupta, está sucia por todos lados, ella trabaja con los policías, que yo estimo, fueron quienes asesinaron a los dos pibes. Porque estoy seguro que los uniformados sabían que los 30 kilos de merca eran de ‘El Pae’ y este narco los mandó a matar. La policía tiene trato con todos ellos», apuntó.

Durante el tiempo que lleva preso se cruzó con un oficial principal, se pusieron a charlar y resultó que este tuvo su causa por encargo de Guyot, quien le habría manifestado «que necesitaba algún detenido por el doble crimen». También le dijo que finalmente no encaró la investigación y que «se la pasó al oficial inspector Diego Sanabria».
«Le tiró la data a Sanabria y le dijo investigara a un tal Martín, que maneja la hinchada de Boca Juniors. Yo toda mi vida fui de River, no tengo nada que ver con eso. Pero Sanabria me empapeló a mí, por pedido de la fiscal Guyot», aseveró.
«En todos los registros fílmicos y fotográficos que hay en la causa se ve que los dos pibes se movían solos por San Vicente. Además, nunca estuvieron en mi casa y jamás me vieron con ellos», subrayó Ruíz.
Cabe destacar que en el expediente también declaró un policía de la División de Drogas Ilícitas de San Martín. «Este habla de la mexicaneada que los policías les hacen a las bandas narcos con fines de secuestrar drogas para la reventa», señaló el detenido.
«¿Cómo puede ser que después de cuatro meses de investigación encuentren el arma asesina en el patio de la casa de mi vecino?», se preguntó Ruíz. Su abogado es el mediático Martín Sarubbi, a quien este diario le consulto por la entrevista a su defendido pero prefirió no opinar en la nota, pero dijo que apoya todos sus dichos.
«Encima uno o dos días después del allanamiento a mi casa y la agregaron a la causa, es falso, eso muestra que ellos armaron todo. Pero también queda al descubierto que lo fueron haciendo al boleo, por eso hay muchos errores que no pueden tapar», enfatizó.
Cabe destacar, que este tipo de casos como los que denuncia Ruíz, ya fueron explicados y expuestos públicamente a través de varios libros que muestran que quienes están a cargo de combatir el narcotráfico son quienes lo regulan.
Por ejemplo, la obra «Por qué preferimos no ver la inseguridad«, del escritor Marcelo Sain. (M. Sain; 2017). También «Cordero de Dios» (Ed. Marea), sobre el caso de la niña Candela Sol Rodríguez, de la periodista Candelaria Schamun. También está la cusa por narcotráfico «Leones Blancos», que tiene a un fiscal destituido, más de 30 policías y abogados detenidos, entre muchos otros.
Leones Blancos, la polémica causa por narcotráfico: «Soy el único testigo que queda vivo»
Mientras tanto, el actual presidente, Javier Milei, impulsa una política en la que las personas pueden tener dólares sin declararlos: eso beneficia en forma directa al narcotráfico. Porque es un sector que históricamente se dedicó al lavado de dinero por no poder justificar los millones de dólares que produce.
Detalles del doble crimen
Hernán Rivero tenía 37 años y Jonathan Zárate 33. Estuvieron desaparecidos una semana, sus familiares realizaron una denuncia por desaparición y finalmente sus cuerpos fueron hallados sin vida. Zárate tenía disparos y Rivero estaba calcinado dentro del Volkswagen Fox blanco propiedad del primero.

Por las características de los cuerpos, se sospecha que se trató de un ajuste de cuenta narco, con el sello de la mafia. El cuerpo de Zárate tenía tres balazos, en la nuca, en la lumbar y en el torso. Los investigadores lograron identificarlo por los datos aportados por sus familiares cuando denunciaron la desaparición.
Según había revelado la investigación en el momento que sucedieron los hechos, ambos habían salido desde el partido de San Martín con destino a San Vicente para completar una «transacción que debía realizar Rivero» en mayo de 2019.
Cuatro meses después realizaron un allanamiento en la casa del actual detenido Martín Ruíz, en el barrio Santa Ana de Alejandro Korn. Allí lo detuvieron por tenencia de 300 gramos de cocaína.
Los uniformados también anunciaron el secuestro de un arma calibre 22 que habría sido con el que mataron a Zárate.
Sin embargo, Ruíz asegura que el arma homicida fue agregada a la causa días después. Además, cuenta que no la encontraron durante el operativo que realizaron en su casa, sino en el patio de la vivienda de un vecino suyo.
Fuente Tiempo Argentino